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Una semana después de su histórico discurso para insuflar ánimo y esperanza a los ciudadanos en plena pandemia global, Isabel II ha vuelto a dirigirse a la nación -esta vez en un mensaje de voz grabado y difundido a través de la cuenta oficial de Buckingham- con motivo de las fiestas de Pascua. Con una simbólica vela candente ante un altar como imagen de fondo, la Reina ha recordado que, a pesar de la celebración está transcurriendo de un modo muy diferente debido a las restricciones impuestas para tratar de contener el COVID-19, "la Semana Santa no está cancelada y, de hecho, es más necesaria que nunca". "Sabemos que el coronavirus no nos vencerá", ha afirmado rotunda.
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Los detalles del histórico discurso del 5 de abril de Isabel II
La monarca comenzaba su mensaje explicando el simbolismo de la vela con la que ha ilustrado sus palabras: "Muchas religiones tienen festividades que celebran la luz sobre luz sobre la oscuridad. Estas ocasiones muchas veces son acompañadas de velas encendidas. Parecen hablar a cada cultura y apelar a gente de cualquier fe y de ninguna. Se encienden en tartas de cumpleaños y para marcar aniversarios familiares y nos juntamos felizmente alrededor de una fuente de luz. Nos une". Ha recordado que en el día de Pascua, una de las tradiciones más arraigadas en muchos países es pasarse las velas unos a otros en la iglesia para celebrar la resurrección de Cristo. "Este año, la Semana Santa será diferente para muchos de nosotros, pero manteniendo la distancia, mantenemos a otros a salvo. La Semana Santa no está cancelada, de hecho, es más necesaria que nunca", ha asegurado Isabel II.
La esperanza y los nuevos propósitos que habitualmente el domingo de Pascua proporciona a los creyentes debe servir de ejemplo, según la Reina, para luchar por revertir esta situación. "Sabemos que el coronavirus no nos vencerá", ha declarado segura de que "por muy oscura que la muerte pueda ser -en especial, para aquellos que están atravesando un duelo- la vida y la luz son más grandes". La soberana ha finalizado su alocución con los mejores deseos: "Deseo a la gente de todas las fes y denominaciones una feliz Semana Santa".
Este mensaje ha sido grabado el pasado viernes en el Castillo de Windsor, donde lsabel II está pasando el confinamiento con su marido, el duque de Edimburgo, desde hace más de tres semanas. Es en esta residencia donde solía pasar las vacaciones de Semana Santa, pero este año ha adelantado su traslado con motivo de la crisis sanitaria. Además, la capilla de San Jorge, que habitualmente acoge el servicio religioso de Pascua al que acuden varios miembros de la Familia Real se ha cerrado temporalmente, por lo que las celebraciones deberán circunscribirse a la intimidad.
El resto de la Familia también disfrutarán de estas fiestas en privado. Su hijo Carlos de Inglaterra, que se acaba de recuperar del coronavirus, se encuentra en su casa de Birkhall, Escocia, junto a la duquesa de Cornualles, con la que acaba de celebrar su 15º aniversario de boda. Su nieto, Guillermo de Inglaterra y su esposa, Kate Middleton, están pasando la cuarentena en su residencia de campo de Anmer Hall, en el condado de Norfolk, con sus tres hijos pequeños. Los más alejados son los duques de Sussex, a los que la alerta les pilló ya al otro lado del charco, en Los Ángeles, donde se mudaron poco antes del cierre de fronteras entre Estados Unidos y Canadá.
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