Isabel II, la monarca más longeva del Reino Unido y una de las que más tiempo ha reinado en la historia de las monarquías, ha pronunciado miles de discursos a lo largo de su vida. Pero de ellos un puñado han pasado a la historia por su importancia y trascendencia en tiempos especialmente difíciles. Uno de ellos fue el que dirigió al Reino Unido y a la Commonwealth este domingo con el fin de transmitir ánimo y aliento a sus compatriotas durante la pandemia. Unas palabras en las que recordó su primer discurso dirigido a la nación, con apenas 14 años, y en el que se dirigió a los niños durante la Segunda Guerra Mundial. Sin duda, una intervención de la entonces joven princesa que marcó el camino de la soberana que en un futuro llegaría a ser.
El 13 de octubre de 1940 y desde su querido Castillo de Windsor, el mismo en el que pasa estos días de confinamiento, pronunció un discurso para un programa infantil de la BBC. La Reino no estaba sola, junto a ella su hermana, la princesa Margarita, que por entonces tenía diez años. También entonces y en plena Segunda Guerra Mundial, las princesas fueron evacuadas al Castillo, al igual que muchos de los niños de entonces que tuvieron que abandonar sus hogares por motivos de protección. Isabel II ha encontrado similitudes entre ambas intervenciones marcadas por la separación de los seres queridos.
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“Al desearles a todos buenas noches siento que estoy hablando con amigos y compañeros que han compartido con mi hermana y conmigo muchos buenos momentos. Miles de vosotros habéis tenido que abandonar vuestros hogares y tenéis que estar separados de vuestros padres y madres. Mi hermana Margarita y yo sentimos mucho por vosotros ya que sabemos por experiencia lo que significa estar lejos de las personas que amamos”, comenzó la entonces heredera.
“A los que vivís en un entorno nuevo, os enviamos un mensaje de verdadera simpatía y, al mismo tiempo, queremos agradecer a las personas amables que os han acogido en sus hogares. Todos los niños que todavía estamos en casa pensamos continuamente en nuestros amigos y parientes que se han ido al extranjero, que han viajado mies de millas para encontrar un hogar en tiempos de guerra y una amable bienvenida en Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Estados Unidos”, prosiguió.
“Mi hermana y yo sentimos que sabemos muchos sobre estos países. Nuestro padre y nuestra madre a mendo nos han hablado de sus visitas a diferentes partes del mundo. Por lo tanto, no es difícil para nosotras imaginar el tipo de vida que todos llevan y pensar en todas las nuevas visitas que están por venir y las aventuras que tendrán. Pero estoy segura que tú también piensas a menudo en tu país. Sé que no nos olvidarás porque nosotros no lo estamos haciendo y en nombre de todos los niños que sí que permanecen en sus casas queremos enviarte nuestro amor y nuestros mejores deseos a ti y a tus amables anfitriones”, dijo por entonces la Reina.
“Antes de terminar, puedo deciros con sinceridad que todos los niños estamos llenos de alegría y coraje en nuestras casas. Estamos tratando de hacer todo lo posible para ayudar a nuestros valientes marineros, soldados y aviadores, y también estamos intentando resistir los peligros y la tristeza de la guerra. Sabemos que al final todo estará bien porque Dios cuidará de nosotros y nos dará la victoria y la paz y cuando llegue la paz recuerda que seremos nosotros, los niños de hoy, lo que tendremos que hacer del mundo del mañana un lugar mejor y más feliz”, finalizó la soberana no sin antes mencionar a su hermana.
“Mi hermana está a mi lado y las dos os vamos a dar las buenas noches. Vamos Margarita. Buenas noches niños. Buenas noches y buena suerte a todos”, finalizaron las princesas.