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La crisis del coronavirus está poniendo en jaque a los sistemas sanitarios de varios países del mundo y está generando una incertidumbre y preocupación en la población de la que no están exentos los mandatarios. Las Casas Reales se han volcado en dar ánimos a la ciudadanía con distintos discursos y también se han interesado por la labor que realizan los sanitarios y efectivos de emergencias. Felipe VI, Guillermo de Holanda, Margarita de Dinamarca… ya han dirigido discursos a sus respectivas naciones y están en constante contacto con los gobiernos de sus países. Sin embargo, en Gran Bretaña, la situación es diferente. Con una Reina nonagenaria y un heredero que ha dado positivo en COVID-19 ¿ha llegado el turno del príncipe Guillermo?
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La Corona británica ha sido una de las últimas en cancelar sus actos públicos a raíz de la crisis sanitaria y ha decidido que cada miembro de la Familia Real pase el confinamiento en un lugar diferente. Con una semana de antelación respecto a años anteriores, Isabel II puso rumbo a Windsor donde permanecerá hasta después de Semana Santa. El príncipe de gales y su mujer, la duquesa de Cornualles, se encuentran en su casa escocesa de Balmoral. Así las cosas y teniendo en cuenta que la soberana y el heredero están en la franja de edad de mayor riesgo y que los duques de Sussex están a punto de abandonar definitivamente sus deberes monárquicos, los duques de Cambridge están adquiriendo más protagonismo.
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La semana pasada, el Príncipe, segundo en la línea de sucesión al trono británico, y su esposa visitaron un centro de emergencias para agradecer a su personal la labor que está realizando durante la epidemia También ha capitaneado una iniciativa para recaudar dinero que irá destinado a los colectivos que peor lo están pasando durante el confinamiento.
La prensa británica se ha percatado de la gran responsabilidad que los Cambridge están adquiriendo en estos tiempos difíciles para elevar la moral de sus compatriotas, mientras el príncipe Harry y Meghan están en Canadá. Además, ya hay voces que apuntan a que Guillermo de Inglaterra ya está listo para sumir el papel de estadista y seguirá liderando los esfuerzos de la Familia Real para apoyar a su país.
Sin embargo, a sus 93 años, Isabel II sigue al pie del cañón, al menos en las tareas que su confinamiento le permita. Uno de los compromisos a los que no ha faltado ha sido a su audiencia semanal con el primer ministro. Debido a las circunstancias, la soberana ha tenido que cambiar el Palacio de Buckingham por el teléfono para departir con Boris Johnson sobre la actual situación que atraviesa el país. Aunque la Reina y el príncipe Carlos se vieron después de que el heredero se encontrara con Alberto de Mónaco (el primer monarca contagiado), la Casa Real asegura que la salud de la abuela de los príncipes Guillermo y Harry es buena.
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