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Se trata de una de las celebráciones más icónicas de la realeza británica. Aunque Isabel II nació en abril, celebra su cumpleaños en junio para burlar las más que probables inclemencias de la rebelde climatología del país, una tradición que se remonta al siglo XVII, en tiempos del rey Jorge II. Así, cada año tiene lugar el desfile Trooping the Colour en honor a la Reina, un evento que habitualmente reúne en el balcón del Palacio de Buckingham a la Familia Real al completo, aunque en esta ocasión, previsiblemente, faltarían los duques de Sussex. Sin embargo, las circunstancias de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus mandan y, de acuerdo con las recomendaciones de las autoridades, la soberana ha decidido cancelar el acto.
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"En línea con los consejos del Gobierno, se ha acordado que el desfile con motivo del cumpleaños de la Reina, también conocido como Trooping the Colour, no tendrá lugar de la manera tradicional", anunciaba Palacio en un comunicado en el que, no obstante, dejaba la puerta abierta a buscar alguna alternativa para conmemorar la efeméride. "Se están considerando numerosas opciones, de acuerdo con las recomendaciones", finalizaba el escrito de Buckingham.
La agenda de Isabel II, de 93 años, también se ha visto alterada por la crisis. La Monarca se encuentra con su esposo Felipe de Edimburgo en el Castillo de Windsor, donde habitualmente se retira en sus vacaciones de Pascua. Desde allí realiza de manera telefónica las gestiones de su día a día como la audiencia que mantiene semanalmente con el primer ministro, Boris Johnson, que se encuentra en estos momentos aislado tras dar positivo por coronavirus. La llamada se produjo desde uno de los salones del imponente castillo, en el que la Reina aparece sentada en una butaca, hablando con su interlocutor a través de un clásico teléfono fijo. La estampa nos ha servido para ver una de las estancias privadas, profusamente adornada con varias figuras de perros, animales por los que la Reina tiene predilección.
Además del Premier, el hijo mayor de la soberana, Carlos de Inglaterra, de 71 años, también ha informado de que ha contraído el COVID-19. El príncipe de Gales se recupera confinado en Birkhall, su casa de vacaciones en Escocia, donde se encuentra con su mujer, la duquesa de Cornualles. Aunque Camilla ha dado negativo en el test, se mantienen separados en diferentes estancias para evitar el contagio. Según ha comunicado un portavoz, su estado es bueno, pese a pertenecer por su edad a un grupo de riesgo, y por el momento tiene síntomas leves. La última vez que tuvo contaco con su madre fue el pasado 12 de marzo, y según Buckingham, la Reina "sigue gozando de buena salud y sigue todos los consejos adecuados para su bienestar".
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