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En una semana, los duques de Sussex serán definitivamente independientes de la Familia Real británica. Mientras llega ese día, cada vez se están conociendo más detalles de su nueva vida, que ya ha comenzado en Canadá, aunque según las últimas informaciones este país podría no ser su destino definitivo en Norteamérica. Desde enero, cuando hicieron su insólito anuncio en el que expresaban sus deseos de dar un paso atrás en sus deberes institucionales, la pareja y su hijo Archie de diez meses, están viviendo en Vancouver, pero parece que en un futuro tienen la vista puesta en California, con lo que vivirían a caballo entre estos dos lugares, además de mantener su residencia de Frogmore Cottage en Windsor.
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La idea de crear otro hogar en Los Ángeles, ciudad en la que nació Meghan, va cogiendo forma y más después de que se conociese que están buscando una casa para comprar. “Esto es lo que siempre han querido: crear su propia vida. Debe ser un gran alivio salir del Reino Unido y seguir su propio camino”, ha dicho una fuente a People que añadió que “les encanta estar en Canadá, pero también están mirando casas en Los Ángeles. Es probable que tengan domicilios en ambos lugares”.
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Aunque en un primer momento, cuando anunciaron sus intenciones de dejar de ser miembros ‘senior’ de la monarquía, se creía que dividirían su tiempo entre Reino Unido y Norteamérica, parece que finalmente van a vivir durante largas temporadas al otro lado del charco y solo regresarán a la isla británica en ocasiones puntuales.
De momento, la experiencia en Canadá está siendo inmejorable. Allí disfrutan de privacidad y libertad y de algo más de anonimato del que tenían en Londres porque los lugareños “no les molestan”, indica la misma fuente. Además, antes de conocer al Príncipe, Meghan vivió en Toronto, donde se rodaba Suits, la serie en la que era una de las protagonistas.
Con la vista puesta en su futuro, los Sussex ya se han despedido de sus compromisos en Reino Unido. El 9 de marzo tuvieron su último acto en la Abadía de Westminster con motivo del Día de la Commonwealth en el que acompañaron a la Reina, el príncipe de Gales, la duquesa de Cornualles, los duques de Cambridge y los condes de Wessex. En la imponente iglesia finalizaron sus últimos compromisos reales que incluyeron la entrega de los Premios Endeavour y el Festival de Música Mountbatten.