Siguiendo las recomendaciones marcadas por las autoridades sanitarias, la Familia Real británica ha cancelado su agenda para los próximos días, aplazando de esta manera todos los compromisos que tenían previstos. Además, la reina Isabel no se encuentra en su residencia oficial, el palacio de Buckingham, sino que descansa actualmente en el castillo de Windsor. Aunque la prensa británica ha considerado que lo ha hecho como medida de seguridad y que ha sido desalojada para estar más segura ya que allí no solo no está en el centro de Londres sino que además hay menos personal a su alrededor -unas 100 personas frente a las aproximadamente 500 que trabajan en el palacio-, desde ¡HELLO! han recordado que la rutina de la monarca pasa por refugiarse todos los fines de semana en Windsor.
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El pasado domingo, la Reina fue fotografiada asistiendo, como hace cada semana, a un servicio religioso celebrado en la Capilla Real de Todos los Santos en Windsor. En esa ocasión, a la misa le acompañaron los duques de Sussex, quienes llegaron al templo muy sonrientes y conduciendo su propio coche. Cabe recordar que el príncipe Harry y Meghan Markle, quienes están instalados desde comienzos de año en Vancouver, se encontraban en esos momentos en Londres cumpliendo con los últimos compromisos oficiales antes de hacerse efectivo el 'Megxit' y, de esta manera, despedirse para siempre de las obligaciones reales.
Desde hace muchos años la Reina tiene por costumbre refugiarse los días de descanso en el castillo de Windsor, donde le gusta disfrutar de la naturaleza y de planes al aire libre como por ejemplo montar a caballo con algunos de sus familiares. El príncipe Andrés suele visitarla allí a menudo puesto que vive muy cerca, en Royal Lodge, que está a menos de cinco kilómetros. También es habitual verla ejercer de anfitriona con otro de sus hijos, el príncipe Eduardo, con la mujer de este, la condesa de Wessex, y con sus nietos, Lady Louise y James Viscount, ya que la casa de todos ellos está muy próxima, en el Parque Bagshot. Además, desde que dijo adiós a la vida pública, el marido de la soberana, Felipe de Edimburgo, pasa allí largas temporadas.
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El castillo de Windsor no es solo uno de los domicilios de la reina Isabel, sino también un escenario lleno de recuerdos que han marcado su vida. Algunos malos, como el terrible incendio que arrasó con una buena parte de esta construcción en noviembre de 1992, y otros buenos. No en vano, esta impresionante fortaleza ha servido como escenario de enlaces como el de los condes de Wessex, en 1999, el del príncipe Carlos y Camilla Parker, en 2005, el de Peter Philips y Autumn Kelly, en 2008, el de los duques de Sussex, en 2018, o el de Lady Gabriella Windsor y el financiero Thomas Kingston en 2019.
Alargue o no su estancia más de lo habitual en el castillo de Windsor, lo cierto es que, por precaución, Isabel II no cumplirá con los compromisos que tenía previstos para este mes. Tal y como adelantaban fuentes oficiales, estos actos "han sido aplazados hasta próximo aviso", pero que las audiencias previstas se seguirán celebrando como hasta ahora en el palacio de Buckingham. Por su parte, el príncipe Carlos tampoco llevará a cabo la gira por Bosnia, Chipre y Jordania que iba a comenzar este martes al lado de su mujer.