La salida definitiva de los duques de Sussex como miembros de primer nivel de la Familia Real británica está a punto de producirse. Quedan poco más de quince días para que el príncipe Harry y Meghan dejen de ser ‘royals’ después de varias semanas de transición. El llamado Megxit les permitirá ser financieramente independientes y poder embarcarse en sus propios compromisos solidarios. Pero esta decisión también ha tenido un coste emocional muy fuerte, especialmente para el Príncipe que emprenderá una vida lejos de los suyos. Su marcha hecho que el fuerte vínculo que tenía hasta ahora con su hermano mayor, el príncipe Guillermo, se haya visto quebrantado.
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Los hijos del príncipe Carlos se han mostrado siempre muy unidos, especialmente a raíz del dolor que les supuso la trágica pérdida de su madre. Ellos tenían entonces 15 y 12 años, respectivamente y se convirtieron en sus mejores apoyos ante una situación terrible que ha marcado sus vidas para siempre. Parece que el enfriamiento entre ellos llegó hace ya algunos años cuando el duque de Cambridge ejerció de hermano mayor y advirtió a Harry que fuera más despacio en su noviazgo con Meghan Markle. Ahora que la desconexión va a ser total, su relación nunca será la misma.
“No volverán a ser lo que eran porque Harry mira hacia el futuro con su familia”, asegura una fuente a People que agrega que Harry y Meghan planean pasar más tiempo en California, el estado natal de la Duquesa, y en Canadá donde tienen fijada actualmente su residencia con su hijo Archie de diez meses.
Quizá, de haber vivido la princesa Diana nada de esto hubiera ocurrido y los príncipes seguirían siendo tan cómplices como lo eran de pequeños. La biógrafa Ingrid Seward asegura que la recordada Princesa les dijo a sus hijos: ‘Por favor, pase lo que pase, recordad que siempre os tenéis el uno al otro y quiero que siempre os mantengáis unidos’.
Este enfriamiento tuvo su punto álgido este lunes cuando los dos hermanos coincidieron, junto a sus esposas, en el Día de la Commonwealth. El encuentro entre ambos matrimonios fue tenso y solo se dirigieron unos breves saludos. Mientras llegaba la Reina, los Sussex hablaron con los condes de Wessex y cuando acabó el servicio religioso, los cuatro salieron de la Abadía de Westminster con la vista al frente y no se despidieron.
El pasado octubre, Harry reconoció por primera vez haber tenido diferencias con su hermano y reconoció que estaban en “caminos diferentes” y que tenían “días buenos y otras veces días malos”. En enero Guillermo dijo sobre Harry: “He abrazo a mi hermano toda la vida y ya no puedo hacerlo más”.