Divorciada, norteamericana y enamorada de un miembro de la Casa Real británica. La duquesa de Sussex y Wallis Simpson comparten muchos más puntos en común de lo que pudiera parecer en un primer momento. La primera contrajo matrimonio en 2018 con el príncipe Harry, nieto de la reina Isabel II de Inglaterra, mientras que Simpson hizo lo propio con el duque de Windsor, entonces monarca británico. Al cabo de los meses, este decidió abdicar de la corona para poder dar el 'sí, quiero'. su sobrino nieto, Harry, renunció a sus deberes reales -el conocido como 'Megxit'- casi dos años después de pasar por el altar
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Como a los duques de Sussex, una vez que se alejaron de palacio Eduardo VIII y Wallis Simpson iniciaron una nueva vida. Si los primeros lo hicieron en Vancouver independizados económicamente de Buckingham, el duque de Windsor y su mujer viajaron a las Bahamas, por aquel entonces colonia inglesa, donde les envió la reina María bajo la advertencia de retirarles la asignación monetaria si regresaban a Reino Unido. Allí se establecieron en una espectacular villa conocida como Sigrist House
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Se trata de una finca de 1,6 hectáreas que se encuentra en Nassau y está edificada siguiendo el estilo colonial español. Aquí residió la pareja durante los años en los que el duque de Windsor ejerció su labor como gobernador de las Bahamas -cargo otorgado por la Reina María-. Esta casa, que cuenta con unas impresionantes vistas de la Bahía de Goodman y del Océano Atlántico, ha salido a la venta por un precio de 8,5 millones de euros
La vivienda dispone de cuatro dormitorios en suite, varias casas de invitados y jardines tropicales, dado que conviven en ellos los árboles frutales, las flores, una piscina y un spa con vistas al mar. Las paredes de madera noble -caoba blanca de Honduras, sobre todo-, las chimeneas, los techos altos, las amplias estancias y los mosaicos -de pavos reales y palmeras, fundamentalmente- son los auténticos protagonistas
En total, el inmueble cuenta con 15 habitaciones y 14 cuartos de baños y ha sido restaurado al completo, modernizando no solo los sistemas eléctricos, sino también las cañerías y los herrajes. Además de por encontrarse en un paradisíaco enclave, la casa es una de las mejores propiedades de la zona por el significado histórico que posee, dado que fue propiedad de un rey británico
El duque de Windsor y Wallis Simpson vivieron en esta villa durante cerca de un lustro, concretamente hasta el año 1945. Posteriormente, ambos regresaron a París, donde permanecieron la mayor parte de sus vidas. Fue en la capital francesa donde el duque de Windsor falleció y, pese a su negativa, fue enterrado en el Castillo de Windsor. Él prefería descansar en el Cementerio Real de Frogmore, donde creía que sería enterrada su mujer, aunque finalmente la Familia Real británica estimó que ambos descansaran en Windsor
Wallis Simpson y el efímero rey de Inglaterra contrajeron matrimonio en una íntima ceremonia celebrada en junio del año 1937. Lo hicieron en el castillo francés de Cande y al enlace únicamente asistieron sus amigos más cercanos (una veintena). Para la ocasión, Wallis lució un vestido elaborado en crepé azul y cerrado al cuello de Mainchober. Completó su estilismo con un tocado de pequeñas plumas y con un brazalete
'He renunciado al trono en favor de mi hermano Alberto y lo he hecho con todo mi corazón. Todos ustedes conocen las razones que me impulsan a abdicar. Me he dado cuenta de que no puedo cumplir con mis deberes como Rey sin la ayuda y el apoyo de la mujer a la que amo', comentó meses antes, al explicar la razón que le había hecho despedirse del trono
La historia de amor del duque de Windsor y su mujer es una de las más románticas de la historia de la monarquía de Reino Unido. Hace poco más de tres años se subastó un lote de fotografías inéditas de su 'sí, quiero' por valor de 13.300 euros, cerca del doble de su precio estimado. Eran 17 imágenes que no habían visto la luz hasta entonces y en las que aparece, además de la pareja, la mesa en la que se sirvió el desayuno ese día, los arreglos florales, el pastel de boda de siete pisos y algunos de los invitados, entre los que no se encontraba ningún miembro del clan Windsor, prueba clara de la desaprobación de la familia hacia la unión con Simpson