Los duques de Sussex se enfrentaron este lunes a su último acto institucional como miembros ‘senior’ de la Familia Real británica. Era su despedida del Reino Unido como ‘royals’, aunque la desconexión definitiva tendrá lugar el 31 de marzo. A partir del 1 de abril, el príncipe Harry y Meghan dejarán sus deberes monárquicos, podrán ser financieramente independientes y continuar con su vida en Canadá, junto a su hijo Archie. Después de su intensa gira de despedida, que arrancó el pasado jueves con la entrega de los premios Endeavour, de su asistencia al Royal Albert Hall, de su aparición acompañando a la Reina a misa y de otros actos fuera de agenda que ha protagonizado Meghan, los Duques participaban en el Día de la Commonwealth, una de las jornadas más importantes para el calendario de Isabel II y en el que se reencontraron públicamente, además de con la monarca, con el príncipe de Gales, la duquesa de Cornualles, los duques de Cambridge y los condes de Wessex.
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El acto principal tenía lugar en la Abadía de Westminster, que fue engalanada con centros florales realizados por la Asociación Nacional de Sociedades de Arreglos Florales. Ya es una tradición que el segundo lunes de marzo, Londres acoja esta importante ceremonia. Los muros del imponente edificio -escenario de algunas bodas reales como la de los duques de Cambridge- eran el escenario de un servicio interreligioso en el que participaron invitados de los 54 países de la Mancomunidad de Naciones venidos de África, Asia, el Caribe, América, el Pacífico y Europa. En total, cerca de 2.000 invitados entre representantes políticos y miembros de la sociedad civil.
Entre las primeras en llegar a la Abadía se encontraba la exspice girl, Geri Halliwell, que acudió con su hija a esa importante cita. También acudía el primer ministro Boris Johnson y su prometida Carrie Symonds; la baronesa Floella Benjamin; el embajador de Estados Unidos, Robert Wood Johnson, entre otras muchas personalidades, que fueron accediendo al edificio mientras la Policía contenía a un espontáneo que había roto el cordón de seguridad.
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Luego le tocaba el turno a los miembros de la Familia Real. Los condes de Wessex eran los primeros en llegar, seguidos de los duques de Sussex. Meghan optaba por un total look en verde que coronaba con un pequeño tocado con redecilla en el mismo tono de William Chambers. La Duquesa elegía para su último acto institucional un vestido con original capa al cuello de Emilia Wickstead, bolso de Gabriella Hearst y zapatos de Aquazzura. Los duques de Cambridge fueron los siguientes en hacer acto de presencia. A diferencia del año pasado, el príncipe Harry y Meghan eran conducidos a sus asientos en lugar de esperar la llegada de la Reina y no llegaron a formar parte del cortejo con la monarca y el resto de miembros de la Familia Real. Los duques de Cambridge, que sí iban a participar en el cortejo real, eran conducidos en el último momento a sus asientos ytampoco acompañaron a la Reina en su entrada, tal y como adelantaba la versión inglesa de ¡HOLA!. Desde el pasado noviembre no se veía en público a los 'cuatro fantásticos' juntos, una imagen que ya no se volverá a repetir en un acto institucional, al menos durante un año -período tras el que se revisará el contrato establecido entre los duques de Sussex e Isabel II-.
Después, y tras la llegada de la soberana, todos cantaron God Save The Queen, el himno nacional del Reino Unido. El príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles precedieron, por su parte la llegada de la Reina. Con todos los invitados dentro, daba comienzo un desfile de banderas de todos los países que forman la Commonwealth al que le siguió una serie de bailes, música y actuaciones tanto dentro como fuera de la Abadía. En esta ocasión se contó con las actuaciones de la compositora, cantante y actriz inglesa Alexandra Burke y de Craig David, que alcanzó en 2001 la fama musical con su álbum debut Born to do it. El campeón mundial de boxeo en la categoría de peso pesado, Anthony Joshua, dirigía unas palabras a los presentes.
Por su parte, Isabel II hizo público un discurso el pasado sábado en el que destacó la diversidad de personas y países que “conforman nuestra familia mundial”. “ A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de ver y escuchar cómo la pertenencia a la familia de la Commonwealth significa mucho para quienes viven en todas las partes del mundo, a menudo en lugares bastante remotos. Los avances en tecnología y medio modernos ahora han permitido que muchas más personas sean testigos y disfruten, con notable inmediatez, de esta experiencia de conexión con la Commonwealth, en áreas como educación, medicina y conservación”, destacó la Reina.
“En este Día de la Commonwealth, espero que las personas y los países de la Commonwealth se inspiren en todo lo que compartimos y avancen con una nueva resolución para mejorar la influencia de la Commonwealth para el bien en nuestro mundo", concluyó la soberana.