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Quedan poco más de dos meses para que Reino Unido sirva como escenario de una de las bodas más esperadas, la de Beatriz de York y Edoardo Mapelli. La primogénita del príncipe Andrés y Sarah Ferguson dará el "sí, quiero" al empresario de origen italiano el próximo 29 de mayo en un enlace del que aún no han trascendido muchos detalles. Los novios están siendo muy discretos a la hora de organizar tanto la ceremonia, que será en la Capilla Real de Saint James, como la posterior celebración, que incluye una recepción en el Palacio de Buckingham. Aunque el gran día está a la vuelta de la esquina, parece que están viviendo los preparativos con mucha calma. Además, siguen sacando tiempo para disfrutar de esta última etapa de soltería tal y como demostraban la noche de este viernes, cuando salían juntos a cenar.
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Beatriz y Edoardo daban la bienvenida al fin de semana con una velada romántica para la que eligieron uno de los barrios residenciales más exclusivos de Londres, Mayfair, emplazado a unos diez minutos a pie de Picadilly Circus y delimitado, entre otros grandes hitos, por el legendario Hyde Park y el ultramoderno West End. Allí, la princesa y su prometido acudieron al restaurante Isabel, que está especializado, según indica su página web, en cocina latinoamericana con influencias mediterráneas y ofrece platos como jamón ibérico, sopa de calabaza y jengibre con cúrcuma, col rizada y semillas, pulpo a la parrilla con salsa romesco o costillas.
En este plan para dos, Beatriz -que llegó al local con semblante seria y hablando por el teléfono móvil- desafió a las bajas temperaturas del invierno londinense decantándose por un favorecedor y original vestido capa de color negro y largo midi al que dio un toque rockero con un cinturón de tachuelas y zapatos atados al tobillo. Un look que ya han lucido anteriorment otras royals como la reina Letizia, Carolina de Mónaco o Máxima de Holanda. Por su parte, Edoardo vistió pantalones grises, jersey azul marino y abrigo del mismo color. Eso sí, dio un toque de color a su estilismo con unos mocasines de ante color marrón.
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A pesar de que el príncipe Andrés está alejado de la vida pública tras conocerse su amistad con Jeffrey Epstein, el financiero americano acusado de tráfico sexual de menores, su hija ha querido que sea él quien la acompañe hasta el altar. Además, Edoardo también ha elegido ya a su padrino: su hijo Wolfie, nacido hace tres años durante su relación con Dara Huang. El pequeño tendrá un papel fundamental en la ceremonia y será el más joven en ejercer este rol, llamado best man en inglés, en una boda real inglesa. Será el encargado de llevar los anillos y asistir a su padre en todo momento, como una versión masculina de las damas de honor de la novia. Aunque tradicionalmente debería dar un discurso, todo apunta a que, o bien le perdonarán esta tarea o, al menos, contará con algo de ayuda.
La prima de los príncipes Guillermo y Harry conoce a su prometido desde la adolescencia, pero fue hace poco más de un año cuando sus caminos se volvieron a cruzar y decidieron comenzar a escribir el futuro de manera conjunta. El 12 de octubre de 2018 se reencontraron en la boda de la hermana de ella, Eugenia de York, y desde entonces no se han separado. La primera vez que aparecieron como pareja en un acto fue justo hace doce meses, cuando asistieron a la gala de la National Portrait Gallery. Meses más tarde, en septiembre, se comprometían mientras pasaban unos días por la costa Amalfitana (Italia).