El acuerdo al que llegaron el pasado 18 de enero los duques de Sussex y la Reina era duro, pero conciliador, con guiños de Isabel II al cariño que siente por ambos. El documento consensuado establecía los términos de la separación de la pareja de la Casa Real y, aunque eran más estrictos de lo que deseaban, parecían aceptarlos de buen grado. Sin embargo, semanas más tarde, llegaba una estocada que, esperada o no, no sentó demasiado bien al príncipe Harry y Meghan Markle, que deberán dejar de utilizar la marca 'Sussex Royal' a partir del 31 de marzo, fecha en la que se hará efectiva su retirada. Dado que el príncipe Harry se encuentra en Londres donde se unirá, junto a la duquesa de Sussex, al resto de la Familia Real el próximo lunes para su último acto como miembros senior de la Monarquía, su abuela no ha dejado pasar la oportunidad de limar asperezas con su nieto con una reunión en el castillo de Windsor de nada más y nada menos que cuatro horas, tal y como ha adelantado The Sun y confirmado varios periodistas especializados en la Casa Real.
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Con un salmón escalfado con ensalada mediante, la Reina ha querido aprovechar para hablar con Harry a solas y conocer en profundidad sus planes en un ambiente relajado, aseguraban fuentes de Palacio al periódico británico. Aunque la invitación era para almorzar, la sobremesa se alargó alrededor de un té que sirvió para aclarar en privado algunos de las últimas tensiones que habían acabado ventilándose en público. Según las mismas fuentes, Isabel II ha dejado claro que el acuerdo solo puede funcionar "si no explotan su estatus de 'royal' y tratan de ganar dinero con él", por eso ha prohibido utilizar la marca 'Sussex Royal' que registraron meses antes para más de 100 tipos de productos. La reacción de los duques a este veto fue lanzar un extenso comunicado acatando la decisión pero puntualizando que ni la Monarquía ni el Gobierno tiene potestad sobre ese término en territorio internacional.
La Monarca también se ha sincerado sobre lo mucho que le apena que se muden a Norteamérica -aunque lo acepta- ya que ello comporta ver a su bisnieto Archie menos de lo que le gustaría. Además, el pequeño se quedará en Canadá mientras sus padres cumplen con su agenda en Londres, algo que, tal y como informaba el Daily Mail, los duques han atribuido a su intención de no incrementar más de lo necesario los costes de su seguridad. A este respecto, Isabel II admitía que la financiación de su protección es una cuestión que aún debe ser perfilada.
Según han revelado a The Sun, la conversación ha servido para aclarar las cosas entre ellos, y ha finalizado con un mensaje de cariño de la Reina, que ha insistido en lo mucho que les quiere y que la puerta de vuelta a la Familia Real siempre estará abierta para los duques de Sussex si en algún momento decidieran dar marcha atrás en su decisión. Alrededor de las cinco de la tarde, y después de enlazar con la merienda, que consistió en unos tradicionales sandwiches de pepino, el príncipe Harry fue visto abandonando el castillo en dirección a Frogmore Cottage, con actitud pensativa.
Se espera que en las próximas 48 horas, Reino Unido reciba de nuevo a Meghan Markle que asistirá el próximo jueves a los premios Endeavour con el duque de Sussex. Ya el 7 de marzo, el matrimonio se desplazará al Royal Albert Hall, donde se celebrará el Festival de Música Mountbatten. Y dos días después, acompañarán a la soberana, a los duques de Cambridge, al príncipe de Gales y a la duquesa de Cornualles en las actividades con motivo del día de la Commonwealth, su último acto como royals.
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