Otro año más San Valentín ha dibujado una sonrisa a todos los enamorados. Asomaba una permanente al rostro de los al fin reaparecidos Duques de Sussex, que eran fotografiados juntos por primera vez desde su partida del Reino Unido este señalado 14 de febrero, a su llegada al aeropuerto de Victoria en Canadá tras haber pasado unos días en Estados Unidos. Desde que se hizo efectivo el Megxit, es decir, la renuncia de los Duques a continuar ejerciendo como miembros senior de la Familia Real británica, no habían sido vistos ambos juntos ni una sola vez. Los paparazzi lograron hacerse con unas fotos de la Duquesa mientras paseaba con su hijo Archie y sus perros por los bosques canadienses, y luego captaron la llegada del príncipe Harry el pasado 20 de enero a la isla de Vancouver, y se acabó. Hasta que el rotativo Daily Mail publicó este viernes en exclusiva las primeras imágenes de los dos en su nueva vida lejos del Palacio de Buckingham.
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Que no hubiera instantánea no significa que hayan estado encerrados a cal y canto. La pareja regresaba de su viaje de negocios a los Estados Unidos, donde asistieron a varios compromisos. Se dieron cita en la velada organizada por el gigante financiero estadounidense JPMorgan Chase el pasado 6 de febrero en Miami junto a los grandes directivos del banco y algunas de las mayores fortunas del mundo. Asimismo disfrutaron de la animada vida de la ciudad de Florida y salieron a cenar con otra de las parejas del momento: la formada por Jennifer López y su novio Álex Rodríguez. Además los padres del pequeño Archie fueron recibidos en la prestigiosa Universidad de Stanford en Palo Alto, al sur de San Francisco, el 11 de febrero, donde permanecieron siete horas, en las que pudieron reunirse tanto con académicos como con profesores de la universidad, con el fin de llevar a cabo una sesión de brainstorming -o lluvia de ideas- de cara a crear su nueva organización caritativa.
La aireada llegada al aeropuerto de Victoria el mismo día que Cupido surcaba los cielos en nada se parecía a la discretísima partida de la pareja hacia los Estados Unidos de unos días antes. Nadie supo exactamente cuándo y cómo habían llegado a suelo estadounidense, ya que todos sus movimientos desde su renuncia y mudanza son privados y protegidos. A la hora de poner rumbo de regreso a la isla de Vancouver, donde residen en una exclusiva villa, los Duques decidieron tomar un vuelo comercial con un pequeño equipo de seguridad, dando ejemplo de su compromiso medioambiental después de tomar en consideración las fuertes críticas a las que se enfrentaron por sus numerosos viajes en jet privado este verano. Aterrizaron cerca de las cinco de la tarde (hora local) y descendieron la escalerilla del avión visiblemente felices llevando su propio equipaje. En las fotos que comparte Daily Mail en sus redes sociales, podemos ver que la pareja viajó ligera, con los bolsos y maletas justos y del tamaño de la cabina.
La Duquesa optó por un atuendo eco responsable para el desplazamiento: un par de bailarinas de la marca Rothy's, que fabrica calzado a base de botellas de agua recicladas, así como una bolsa deportiva de Prada de alrededor de 1.700 euros, hecha completamente de Econyl, un tejido a partir de materiales reciclados, como desechos plásticos encontrados en el océano o restos de grandes empresas textiles. Completaban el conjunto una camisa de rayas azules de corte masculino de su amiga diseñadora Misha Nonoo, que combinó con jeans negros de talle alto y suéter a tono. El príncipe Harry vestía igualmente cómodo para el viaje: una camisa de sport y un suéter de color topo, unos jeans, unas deportivas y, ojo al detalle, una gorra, que impedía confirmar o desmentir el último rumor: su visita a una clínica donde estaría haciendo un tratamiento para dar densidad y fortalecer el cabello. Lo que sí fue evidente fue su nueva felicidad.