Sin la oscuridad nunca veríamos las estrellas y, en las horas más negras de la Historia, por supuesto brillaron con intensidad los justos con sus acciones heroicas, como se encargaron de recordarnos ayer los Duques de Cambridge en el servicio conmemorativo del Día de los Caídos del Holocausto en el Reino Unido. Guillermo de Inglaterra rindió un emotivo homenaje a su bisabuela, madre del Duque de Edimburgo, Alice de Battenberg, la princesa heroína, durante su intervención en el imponente Salón Central de Westminster.
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El príncipe Guillermo subió al escenario para leer una carta de un amigo de la princesa Alice, que tras la invasión nazi acogió a una familia judía en su casa de Atenas durante más de un año, arriesgando su propia vida. La Duquesa de Cambridge escuchaba visiblemente emocionada a su marido mientras iluminaba la negrura de aquellos días con el ejemplo de su bisabuela, que en 1994 recibió el título Justos entre las Naciones, la máxima condecoración que se concede a personas no judías y la que personalmente tenía en mayor consideración: “Cuando comenzó la persecución nazi a los judíos, la princesa Alice solicitó ser informada sobre el destino de la familia Cohen. Después de conocer por amigos la difícil situación en la que se encontraría la señora Cohen y su pequeña hija de no poner remedio, la Princesa decidió ofrecerles su hospitalidad a las dos y ocultarlas en su casa a pesar del peligro que implicaba”.
“La princesa Alice puso un pequeño apartamento de dos habitaciones en el tercer piso de su residencia a disposición de la viuda señora Cohen y de su hija. La familia acogida abandonó la casa tres semanas después de la liberación, conscientes de que la generosidad y la valentía de la Princesa las había salvado de los nazis. La bisnieta de Rachel Cohen, Evy Cohen, dijo hace dos años lo siguiente: ‘Mi familia no existiría sin el valiente gesto de la princesa Alice. Su historia de increíble coraje debe seguir siendo contada en su memoria. Mi generación, la pasada generación y la generación futura están, han estado y estarán eternamente agradecidos a su bisabuela, la princesa Alice, por el gran acto de valor, arriesgando su propia vida para acoger a una familia necesitada”.
Los actores Martin Shaw y Sir Simon Russell Beale también leyeron los relatos de los supervivientes, antes de que la audiencia escuchara a Mala Tribich, que sobrevivió a Ravensbruck y Bergen-Belsen, donde contrajo tifus, y a Ian Forsyth, un operador inalámbrico con los húsares 15.º y 19.º en las Reales Fuerzas Armadas, que fue una de las primeras tropas en liberar Bergen-Belsen en abril de 1945. El exsoldado recordó: “Había cuerpos tendidos por todas partes. Cuando ves a las personas como esqueletos con piel, ¿qué haces? No creo que nadie que no haya visto esto entienda cómo es”. Mala, que lo entendía demasiado bien, apareció en el escenario para contar cómo fue llevada a Suecia después de la liberación, antes de reunirse finalmente en el Reino Unido con su hermano Ben, ahora Sir Ben Helfgott: “Siento que es mi deber hablar por todos aquellos cuyas voces fueron silenciadas y contar esos días oscuros en Europa. Al hablar, mi mayor esperanza es que algo positivo se transmita a las generaciones futuras”.
Al igual que nuestros Reyes, Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, Felipe y Matilde de los belgas, Haakon de Noruega, Victoria de Suecia o la Duquesa de Cornualles, que conmemoraron ayer el fin del horror en el lugar de los terribles hechos, la Duquesa de Cambridge no quiere ni puede “mirar a otro lado” en los días del 75.º aniversario de la liberación del campo de concentración y de exterminio de Auschwitz, y lo ha hecho como mejor sabe, mirando a través de su cámara. La Duquesa o la fotógrafa de muchos retratos oficiales de los Cambridge ha enfocado su lente en dos supervivientes del Holocausto, Yvonne Bernstein y Steven Frank, durante una especial sesión fotográfica en el Palacio de Kensington. La mujer del príncipe Guillermo confesó que la lectura de El diario de Ana Frank en su infancia la inspiró a tomar las imágenes, porque las historias de aquellos que sobrevivieron al genocidio nazi de judíos europeos “nunca deberían olvidarse”. Tampoco las acciones heroicas que resplandecieron en las noches más oscuras.