Camisetas, llaveros, tazas, bisutería, objetos de decoración... La explotación de los derechos de imagen de los Sussex es un filón que el príncipe Harry y Meghan Markle no han querido desaprovechar y, por eso, cuando ya tenían en mente desligarse de sus obligaciones reales registraron en Reino Unido la marca 'Sussex Royal', que ellos utilizan habitualmente como seña de identidad. Sin embargo, parecen haber subestimado el tirón de su nombre en un mercado tan global como el actual y varios empresarios particulares se han adelantado a registrar la misma marca en Estados Unidos, Canadá y en la Oficina de Propiedad Intelectural de la Unión Europea (EUIPO).
Los duques registraron en junio en Reino Unido la marca 'Sussex Royal' y la de su fundación 'Sussex Royal the Foundation of the Duke and Duchess of Sussex' para su expotación comercialen más de cien categorías diferentes de productos. Tras este paso, disponían de seis meses en los que tenián absoluta prioridad para hacer extensivo el registro a otros países, pero, o bien no lo consideraron necesario, o se trató de un error de cálculo. Pasado ese plazo, había quien ya estaba al acecho para tratar de acaparar una parte del pastel. En la EUIPO se puede encontrar un registro con fecha del 9 de enero formulado en alemán y con el inglés como segunda lengua de 'Sussex Royal' y 'Meghan Markle' para seis categorías de productos: artículos de tocador, joyería, equipajes, bolsos, carteras y portaobjetos, artículos deportivos, cervezas y sus derivados y otras bebidas alcohólicas.
Al otro lado del charco, también se aprovecharon de esta falta de previsión de Harry y Meghan y tan solo tres días más tarde la compañía licorera Royalmount Spirits, con sede en Quebec registraron la marca 'Sussex Royal' en las categorías de bebidas alcohólicas y artículos deportivos. En California, el empresario Jared Folgeson hizo lo propio por las mismas fechas, pero en su caso, llama la atención la motivación que le llevó a efectuar la solicitud. Según The Sun, quería "dar una lección a los duques de Sussex para que presten más atención a los detalles". No sabemos si habrán escarmentado, pero tal y como apunta The Guardian, los expertos estiman en unos 400 millones de euros el volúmen de negocio de sus derechos de imagen.
Esta situación aboca a Harry y Meghan a iniciar un proceso legal que podría prolongarse durante bastante tiempo si es que quieren recuperar el control del mercado de su imagen en Europa y en Norteamérica. Una tarea más a añadir a la lista justo cuando deben labrarse un futuro independiente financieramente de la Casa Real. Los duques de Sussex viven ahora un periodo de transición hasta que en la primavera de 2020 se desvinculen definitivamente de sus obligaciones con la Monarquía y pierdan el estatus de 'Alteza Real'. Será entonces cuando comience su nueva vida fuera del abrigo de los Windsor y con toda la libertad para emprender los proyectos profesionales que consideren oportunos.