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Los duques de Sussex continúan adelante con sus planes de salir de la primera línea de la Familia Real, su deseo de ser financieramente independientes y de poder vivir entre Canadá e Inglaterra. Meghan Markle regresó al país norteamericano hace una semana, donde se reencontró con su hijo Archie, hace justo una semana, dejando en Reino Unido al príncipe Harry lidiando con la crisis, que tuvo su punto álgido con la histórica cumbre de Sandringham que reunió a la Reina, el príncipe de Gales y sus dos hijos. De momento, el duque de Sussex permanecerá en la tierra que le vio nacer, por lo menos y salvo sorpresas, hasta principios de la próxima semana ya que tiene algunas reuniones. Mientras tanto, Meghan sigue imparable en Canadá donde ha visitado dos centros de mujeres y ha retomado algunas de sus rutinas fit como el pilates. Sin embargo, cada vez podrían estar más cerca de Canadá tras lo últimos movimientos en Frogmore Cottage, su residencia de Windsor.
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Actualmente, Meghan sigue alojándose en la isla de Vancouver, situada en la Columbia Británica, donde la familia pasó las seis semanas de retiro antes y durante las navidades. Allí disfrutaron de una lujosa villa frente al mar y de largos paseos y excursiones como dos vecinos más y, sobre todo, lograron pasar casi desapercibidos.
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Sin embargo, y según apunta HELLO!, la localidad portuaria podría no ser el destino definitivo de su segundo hogar y sí podría serlo Toronto. Meghan vivió en la capital de la provincia de Ontario durante varios años mientras trabajaba en la serie Suits, de la que era protagonista. En concreto se hospedó en una casa alquilada de tres dormitorios y dos baños en Yarmouth Road, una zona de clase media alta del Seaton Village. De elegir este enclave, podrían asentarse en un ático o quizá elegir algo más tranquilo y familiar en las afueras o, incluso, regresar al antiguo barrio en el que vivía Meghan en su etapa de actriz, donde Harry se quedó varias veces. Toronto trae muy buenos recuerdos a la pareja real, pues fue allí donde hicieron su primera aparición pública oficial juntos durante los Juegos Invictus de septiembre de 2017.
Mientras piensan en su vida al otro lado del charco, en Gran Bretaña, el personal de su residencia de Frogmore Cottage está siendo reestructurado, según apunta el Daily Mail, otra señal que podría indicar que pasarán más tiempo en Canadá o, incluso, que la Duquesa y su hijo no volverán a pasar largos periodos en Windsor. Dos empleados fijos y un trabajador de la limpieza están realizando otras tareas dentro de la propiedad y a algunos cocineros, sirvientes y lacayos se les ha informado que sus servicios ya no son necesarios en Frogmore Cottage. La intención de la familia Sussex de pasar gran parte del año fuera de Inglaterra ha provocado como efecto secundario esta reorganización de tareas del personal .
En medio de todos estos movimientos, los duques de Sussex tienen intención de seguir manteniendo Frogmore Cottage, "como su residencia oficial", según figura en su nueva página web. "El duque y la duquesa de Sussex continuarán utilizando Frogmore Cottage, con el permiso de Su Majestad la Reina, como su residencia oficial, ya que continúan apoyando a la monarquí y para que su familia siempre tenga un lugar al que llamar hogar en el Reino Unido. Una propiedad cuya reforma corrió a manos de dinero público y que feue amueblada por el príncipe Harry y Meghan.
El pasado 8 de enero la pareja real difundió un insólito comunicado en el que expresaron sus deseos de dar un paso atrás como miembros de primer nivel de la Corona. Pese al tsunami, la Reina ya ha dicho que les apoya y que se ha abierto un periodo de transición para articular su decisión y establecer, punto por punto, las cláusulas de su nuevo estatus.