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En plena crisis institucional por la huida de los duques de Sussex de la primera línea de la Familia Real y tras la cumbre de Sandringham, en la que la Reina se mostró de acuerdo con la idea del príncipe Harry y Meghan de llevar una vida más independiente, los duques de Cambridge reaparecieron este miércoles en la ciudad inglesa de Bradford, donde derrocharon simpatía y cercanía en su primer baño de masas tras la crisis. El príncipe Guillermo y Catherine se mostraron tan distendidos que la Duquesa no tuvo reparos en hablar sobre uno de los temas del momento: si se animarán a aumentar la familia. Muy sincera, admitió: “No creo que Guillermo quiera más”. El matrimonio tiene tres hijos los príncipes George, de 6 años; Charlotte, de 4; y Louis, de 1.
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Desde hace semanas, los corredores de apuestas llevan especulando sobre un cuarto embarazo de la Duquesa, pero parece que, al menos de momento, no hay planes de tener otro bebé. Catherine también estuvo hablando de los avances de su benjamín, que en abril cumplirá dos años. “Mamá, me estoy moviendo”, aseguró un vecino que le dijo la Duquesa a la vez que le señaló que es bonito ver como está dejando de ser un bebé para convertirse en un niño.
En su distendido encuentro con los mayores del proyecto Older Yet Wiser, que ayuda a los abuelos que cuidan de sus nietos, la Duquesa también hizo otra confesión sobre su hijo mayor. En el año 2013, cuando estaba embarazada de George, empezó a tejer para hacerle ropita a su bebé. Aunque lo hizo con ilusión, el resultado no fue del todo bueno. “Intenté tejerle (a George) un jersey muy especial, pero me quedé a medio camino. Es una habilidad increíble”, reconoció tras contar la entrañable anécdota.
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La última vez que vimos al príncipe Louis fue el pasado diciembre con motivo del tradicional almuerzo que ofrece la Reina en Buckingham a su familia y que da el pistoletazo de salida a las vacaciones navideñas en Palacio. También, el Palacio de Kensington utilizó una foto de los Cambridge al completo para su felicitación de Navidad, que fue tomada en verano en su casa de Campo de Anmer Hall, situada en el condado inglés de Norfolk.