Poco a poco, la monarquía británica intenta volver a la normalidad después de que los duques de Sussex sorprendieran al mundo hace una semana al expresar sus deseos de dejar de ser parte activa de la Familia Real. Por suerte, la Reina sigue disponiendo de los duques de Cambridge que han tenido este miércoles su primer acto conjunto del año, el primero tras el llamado Megxit y en el que el príncipe Guillermo y su esposa se han mostrado de lo más sonrientes en su visita a la ciudad inglesa de Bradford.
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Con un abrigo verde botella de corte midi y estilo militar de Alexander McQueen, zapatos negros y bolso de Aspinal London, la duquesa de Cambridge ha derrochado simpatía y se ha desecho, al igual que su marido, en saludos con los muchos ciudadanos que se agolpaban a las puertas del Ayuntamiento, la primera parada de este acto. Allí se han unido a un grupo de jóvenes para escuchar de su boca cómo es la vida en esta ciudad. Después se han dirigido a uno de los centros Khidmat, cuyo objetivo es ayudar a los miembros más vulnerables de la comunidad que son de origen étnico minoritario. Ha sido aquí donde el príncipe Guillermo se ha sorprendido al ver una foto suya en una tarta que, por un segundo, ha pensado que era de su hija Charlotte. "Madre mía, es igual que Charlotte, es increíble, no había visto eso antes. Somos iguales. Muchas felicidades por vuestro trabajo duro", exclamaba con asombro.
Ha sido en este mismo centro donde hemos visto una vez más el lado más maternal de la Duquesa, que no ha dudado en coger en brazos a una de las niñas y conversar con ella de la manera más natural. La pequeña, aparentemente ajena a que estaba con una royal, miraba atónita a aquello que le señalaba la mujer del príncipe Guillermo.
Esto formaba parte de una sesión en la que han participado grupos de apoyo que ofrecen una veintena de proyectos a mujeres embarazadas y familias con menores de cuatro años. Es precisamente este punto uno en los que la duquesa de Cambridge está más involucrada a través de la iniciativa Early Years, que pone el foco en apoyar a niños y familias desde una edad muy temprana.
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Más tarde han conocido a familias del proyecto Older Yet Wiser, una serie de talleres que ayudan a los abuelos a mejorar su relación con sus nietos y les brindan información sobre cómo criar a los niños en el siglo XXI. El último compromiso del día ha consistido en participar en un taller que pretende ayudar a las personas de diversas comunidades a conocerse mejor, construir relaciones de confianza y mejorar el día a día del vecindario.
No han faltado los momentos divertidos en el restaurante asiático británico MyLahore, donde los Duques de Cambridge se han atrevido a hacer batidos de mango y de kulfi, un plato indio hecho de leche, muy popular en la India y otros países de la zona. Entre risas y momentos de lo más espontáneos, han podido recordar su viaje a Pakistán, donde probaron muchas de las comidas que sirven en este local en el que los estudiantes aprenden de hostelería.
Esta reaparición de los duques de Cambridge se produce el mismo día que se ha conocido la visita de la Duquesa de Sussex a un refugio de mujeres en Vancouver, después de que la Reina diera su aprobación al deseo del príncipe Harry y Meghan de independizarse y empezar una nueva vida entre Reino Unido y Canadá.
La presencia de los duques de Cambridge en Bradford se produce en una semana muy agitada para la Familia Real tras la cumbre de Sandringham del lunes a la que acudieron, además de la Reina, el príncipe Carlos y los príncipes Guillermo y Harry. Tras esta histórica reunión, la soberana emitió uno de los comunicados más personales de todo su reinado en el que daba su visto bueno a los deseos de los Sussex de querer tener más independencia de la Corona, aunque "si bien hubiéramos preferido que siguieran siendo miembros de la Familia Real, trabajando a tiempo completo, respetamos y entendemos su deseo de vivir una vida más independiente como familia sin dejar de ser una parte valiosa de mi familia". Durante este encuentro entre la soberana y los miembros de los primeros miemrbos en la línea de sucesión al torno no se encontraba la duquesa de Cambridge que se quedó en Londres al cuidado de sus tres hijos los príncipes George, Charlotte y Louis.
Este es el primer evento en el que los duques de Cambridge se dejan ver juntos en público desde Navidad. El 18 diciembre, el Príncipe y su esposa acudieron al almuerzo que la Reina ofrece en el Palacio de Buckingham y que supone el pistoletazo de salida a las fiestas más entrañables del año. El día de Navidad, en compañía de sus hijos mayores, George y Charlotte, los Cambridge acudieron a la misa en la iglesia de Santa María Magdalena de Sandringham.