Una de las cuestiones más delicadas que hace falta concretar una vez que se consume la salida de los duques de Sussex de la Casa Real es la que afecta a su seguridad, cuya factura se estima en un millón de libras anuales. Además, es necesario llegar a un acuerdo con las autoridades del país en el que vayan a residir, puesto que ya han expresado su voluntad de establecer una segunda residencia en Norteamérica. Según ha publicado el London Evening Standard, Canadá ya ha movido ficha tal vez en un intento de seducir a los duques para que se queden allí definitivamente.
Según el diario británico, el primer ministro, Justin Trudeau, ya ha manifestado su intención de que el Gobierno sufrague la mitad de los gastos para garantizar la protección del príncipe Harry y Meghan Markle mientras se encuentren en territorio canadiense. No obstante, este gesto podría tener un coste, no solo para las arcas públicas, sino para la popularidad de la Monarquía británica en un país tan importante de la Commonwealth. Actualmente, la seguridad de los duques está financiada con el dinero de los contribuyentes durante todos los días del año y a todas las horas, tanto en sus actos en el Reino Unido, como fuera de él.
Canadá ha sido el lugar escogido por los duques para tomarse un descanso de seis semanas de sus obligaciones institucionales y alejarse del foco mediático junto a su hijo Archie. Meghan Markle tiene unos lazos muy importantes con este país, ya que vivió en Toronto durante siete años mientras rodaba la serie Suits. Cuando salió a la luz el refugio que habían elegido, Trudeau ya les brindó una calurosa bienvenida a través de un mensaje compartido con sus seguidores: "Príncipe Harry, Meghan Markle y Archie, os deseamos todos una estancia tranquila y agradable en Canadá. Estáis entre amigos y siempre sois bienvenidos aquí".
Este retiro temporal finalizó el 7 de enero, cuando los duques de Sussex reaparecieron en un acto público, un día antes de anunciar su polémica decisión. Poco después, Meghan regresaba a Vancouver, donde seguía el pequeño Archie, mientras Harry se quedaba en Reino Unido lidiando con la crisis. En la reunión familiar que tenía lugar este lunes en Sandringham para tratar de dilucidar su nuevo status, la duquesa participaba por vía telefónica.
Máxima expectación en Sandringham ante la reunión de los Windsor