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Este jueves, los duques de Sussex tomaban una decisión insólita: renunciar a algunas de sus obligaciones reales a fin de volcarse en sus propios proyectos. La drástica medida emprendida por el príncipe Harry y Meghan Markle causaba un enorme impacto en la sociedad británica, pero también en el seno de la Familia Real británica. La reina Isabel II reaccionaba no sin cierto malestar asegurando que, aunque entendían el deseo de los duques, las conversaciones estaban aún en una "etapa temprana" y llevaría algún tiempo organizar todo. Sin embargo, los movimientos de la pareja no cesaban ahí. Horas después ambos contraatacaban realizando cambios en su página web, en la que dejaban claro cómo procederían a partir de ahora tanto en su futuro profesional como en sus fundaciones, sin olvidar su comentada relación con la prensa.
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Precisamente este último punto es el que más llama la atención. Los duques de Sussex dedican un extenso y específico apartado a los medios de comunicación, no solo a aquellos de índole sensacionalista con los que en el pasado mantuvieron algún que otro desmesurado desencuentro. Cabe recordar, por ejemplo, que el pasado mes de octubre anunciaron que emprenderían acciones legales contra determinadas publicaciones por la difusión "intrusiva e ilegal de una carta privada escrita por la duquesa de Sussex".
Por aquel entonces se desviaron de la ruta marcada por Buckingham y buscaron asesoramiento en abogados, amigos y relaciones públicas de Estados Unidos al tiempo que anunciaban que se tomarían un descanso para alejarse del foco mediático. Este hecho fue precisamente el preludio de lo que estaba por venir: la drástica y sorprendente decisión que hacían pública este mismo jueves. Aún así, lo más llamativo de la remodelación de la web que ha hecho el matrimonio es precisamente esa generalización que hace de la prensa en su conjunto, también de los corresponsales especializados en realeza que suelen cubrir puntualmente las actividades de la Familia Real.
"Los corresponsales reales británicos son considerados internacionalmente como fuentes creíbles tanto del trabajo de los miembros de la Familia Real como de sus vidas privadas. Esta idea equivocada impulsa la cobertura que a menudo llevan otros medios de todo el mundo, lo que amplifica las informaciones erróneas frecuentes. Lamentablemente, las historias que pueden haber sido archivadas con precisión por los corresponsables reales también son, a menudo, editadas o reescritas por los equipos editoriales de los medios para presentar informaciones falsas", aseguraban en este sentido, sin terminar de aclarar cuál es el problema que tienen con toda la prensa en general.
De sus palabras se desprende que los duques van a revisar su política de medios y modificar esta. No formarán, por tanto, parte del denominado Royal Rota System, que proporciona imágenes de los eventos oficiales de los Windsor. En su lugar, pondrán en marcha una nueva estrategia que consistirá en invitar a medios especializados a sus diferentes compromisos y en proporcionar acceso a los eventos a aquellos medios que consideren creíbles y objetivos. Además, continuarán compartiendo información a través de sus canales sociales.
El príncipe Harry y Meghan Markle imponen así sus reglas con respecto a la prensa en su conjunto. Reconocen que sus roles como miembros de la Familia Real están sujetos a interés y reciben bien las informaciones precisas y honestas, mientras que las que son inapropiadas tendrán que rendir cuentas. "De la misma manera que cualquier miembro de la sociedad, valoran su privacidad como individuos y como familia", aseguran.