Isabel II afronta un fin de año sumamente complicado después de que el príncipe Andrés, el tercero de sus hijos y octavo en la línea de sucesión al trono, anunciase este miércoles que se retiraba de la vida pública por el escándalo del caso Epstein, después de que concediese una entrevista en la BBC en la que habló de su polémica relación con el magnate fallecido, acusado de tráfico sexual. Una nueva crisis que golpea a la Familia Real británica y que viene después de que los duques de Sussex anunciasen que se tomaban seis semanas alejados del foco mediático debido a la presión que sufren.
El anuncio del duque de York se produjo tan solo unas horas después de que se conociera que algunas empresas importantes como la auditora KPMG, el gigante de los seguros Aon, la banca privada Standard Chartered y la tecnológica Gravity Road, además de dos universidades australianas, retiraban el apoyo económico a la plataforma para emprendedores Pitch@Palace fundada por Andrés de Inglaterra así como su decisión de desvincularse totalmente de él tras su entrevista en televisión.
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Curiosamente, el exmarido de Sarah Ferguson decidió dar su versión del escándalo el pasado 16 de noviembre para zanjar la polémica, pero su intervención en televisión se ha vuelto contra él como un boomerang. Negó rotundamente haber mantenido relaciones sexuales con Virginia Roberts, una joven que asegura que fue obligada a mantener relaciones íntimas con él cuando era menor de edad, y matizó que Jeffrey Epstein y él no eran amigos cercanos. Nada hizo presagiar al duque de York, que consideró que su entrevista resultó “bien”, las tremendas consecuencias que vendrían después.
Acorralado por la presión y tremendamente cuestionado, Andrés de York se vio obligado a emitir un comunicado en el que había pedido a Su Majestad “poder alejarme de los deberes públicos en el futuro y ella me ha dado su permiso”. “Sigo lamentando inequívocamente mi asociación mal juzgada con Jeffrey Epstein. Su suicidio ha dejado muchas preguntas sin respuesta, particularmente para sus víctimas, y simpatizo profundamente con todos los que se han visto afectado y quieren de alguna manera cerrar esto. Solo me queda esperar que, con el tiempo, puedan reconstruir sus vidas. Por supuesto, estoy dispuesto a colaborar con las autoridades en su investigación, si fuera necesario”, concluye en su declaración.
Su decisión también supondrá que dejará de recibir la asignación salarial que su madre la Reina le otorga para hacer frente a los gastos derivados de sus deberes oficiales y de sus viajes. En concreto, y según publica la prensa inglesa, sería de casi 300.000 euros anuales.
Tras el tsunami mediático, Carlos de Inglaterra habría mediado en la crisis y habría instigado a su hermano menor a dimitir de sus deberes reales, aseguran varios medios del país, lo que ha vuelto a poner de manifiesto la maltrecha relación que mantienen los hermanos. Los desencuentros entre el príncipe de Gales y el duque de York vienen de lejos. Andrés de Inglaterra pidió en 2016 que sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia de York, tuvieran agenda oficial propia con la consiguiente asignación pública, algo a lo que el primogénito de Isabel II se opuso. Además, se especula desde hace tiempo con la posibilidad de que cuando Carlos se convierta en Rey cesará a su hermano del puesto de representante de comercio exterior para Reino Unido.
Mientras su padre atraviesa sus momentos más difíciles, Beatriz y Eugenia de York continúan con sus vidas. La primera acaba de celebrar el 36º cumpleaños de su prometido, Edoardo Mapelli Mozzi, en un club londinense y la segunda apareció, tan solo unas horas después de conocerse la retirada de su padre, en una cena con fines benéficos.
Este escándalo y sus consecuencias vienen tan solo semanas después de que se conociera que los duques de Sussex se van a tomar un tiempo de reflexión para alejarse del foco mediático tras una “campaña despiadada” vertida por algunos medios, de que el príncipe Harry reconociera por primera vez en público diferencias son su hermano, el príncipe Guillermo, de que Meghan confesase que ser madre le había superado y de que este año vayan a pasar la Navidad lejos de la Familia Real. Una situación límite para los Duquesa que ha hecho que una preocupada Monarca les visitara en varias ocasiones en su casa de Frogmore Cottage de manera privada para interesarse por ellos.
Así las cosas y con el telón de fondo del Brexit, Isabel II se encuentra ante una de las peores crisis desde la década de los noventa. La soberana calificó 1992 de annus horribillis ya que tres de sus cuatro hijos se divorciaron y un incendio prácticamente arrasó el Castillo de Windsor.
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