La confidente de Isabel II desvela los secretos de la reina
Angela Kelly comparte anécdotas personales en un nuevo libro, 'In The Other Side of the Coin: The Queen, the Dresser and the Wardrobe'
Podría parecer que de Isabel II de Inglaterra poco más se puede decir que no se haya dicho ya en tantos años, pero lo cierto es que aún queda mucho por contar, y por saber. Podría escribirse por lo menos un libro entero lleno de anécdotas y de fotografías nunca vistas como el que está a punto de salir a la luz de la modista y confidente íntima de la reina Isabel, Angela Kelly, y del que la revista HELLO! adelanta un curioso extracto en exclusiva. En The Other Side of the Coin: The Queen, the Dresser and the Wardrobe (El otro lado de la moneda: la Reina, la cómoda y el armario), Angela revela algunos secretos nunca contados, entre ellos cómo planeó su encuentro con James Bond en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, y desmiente por ejemplo las informaciones que apuntaban que la reina Isabel se había molestado por el saludo con excesivas confianzas de Michelle Obama durante una recepción en el Palacio de Buckingham.
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“La reina Isabel tiene la capacidad de hacer que todos se sientan tan relajados que a veces sale instintivo el contacto hacia ella, tal y como le pasó a Michelle Obama durante la Visita de Estado con su esposo, el presidente Barack Obama, en 2009”, escribe Angela. “Se ha dicho mucho sobre el encuentro de las dos, de su calidez mutua e instantánea y de que se habían saltado el protocolo quedándose de pie estrechamente abrazadas. En realidad, es un instinto totalmente natural que la reina Isabel muestre afecto y respeto por otra gran mujer y realmente no hay un protocolo que deba cumplirse. Cuando el anfitrión de una Visita de Estado siente el cariño o el cuidado de su invitado de honor, realmente de lo que se trata es de la bondad humana y esto es algo que la reina Isabel siempre recibirá con gusto”.
En el libro, Angela también revela que ella se pone los zapatos de la propia reina Isabel antes de sus compromisos oficiales: “Como se ha informado mucho en la prensa, una asistente se pone los zapatos de Su Majestad para asegurarse de que estén cómodos y que siempre estén preparados para irse. Y sí, soy así de dispuesta. La reina Isabel tiene muy poco tiempo para sí misma y no hay momento de usar sus zapatos antes de su estreno, y como compartimos el mismo número de pie, tiene más sentido de esta manera”.
Angela también recuerda que supo del plan de Danny Boyle para incluir a la reina Isabel en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 a través del Secretario Privado Edward Young. Ella tomó medidas inmediatas. “Hay pocas ocasiones en que Su Majestad estará de acuerdo en romper el protocolo, pero en 2011, el director de cine Danny Boyle hizo una petición a la Casa Real, que simplemente no pudo rechazar. La idea le hizo mucha gracia y aceptó inmediatamente. Le pregunté si le gustaría hablar. Sin dudarlo, Su Majestad respondió: ‘Por supuesto que debo decir algo. Después de todo, él vendrá a rescatarme”.
“Le pregunté si le gustaría decir: ‘Buenas tardes, James’ o ‘Buenas noches, señor Bond’, y ella eligió la segunda, conociendo las películas de Bond. En cuestión de minutos, estaba de vuelta en la oficina de Edward dando las buenas noticias a Danny: creo que casi se cayó de la silla cuando dije que la reina Isabel podía pronunciar esa frase icónica: ‘Buenas noches, Sr. Bond”.
Y también revela el secreto detrás de la réplica del vestido de cristianar, utilizado por primera vez para el bautizo de James, el vizconde Severn, en 2008. “Para asegurarnos de que se viera auténtico, lo teñimos en té de Yorkshire (el más fuerte, como todos sabemos). Colocamos cada pieza de encaje en un tazón pequeño, lleno de agua fría y una bolsita de té y nos fuimos durante unos cinco minutos, verificando cada poco hasta que el color adquirido fuera perfecto. En cada etapa del proceso, le mostraría el progreso a la reina Isabel: primero los cuerpos, luego las mangas unidas, luego la falda con las capas inferiores puestas, y finalmente el traje completo. Su Majestad estaba muy interesada en ver cómo se estaba desarrollando”.
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