Es el nieto de una Reina, el hijo de un heredero, vive en un palacio y ostenta el título de duque. Pero a pesar de todo, Guillermo de Inglaterra, duque de Cambridge, no deja de ser un británico más, un ciudadano con sus aficiones, sus costumbres, sus gustos y sus manías. Si recientemente desvelaba cuál era una de sus series favoritas -Killing Eve-, ahora ha sorprendido a propios y extraños con su última visita. Y es que el hermano del príncipe Harry se ha desplazado este viernes a un pub, donde ha disfrutado de un partido de fútbol.
Claro que hay una razón detrás de la salida nocturna del duque de Cambridge al pub Prince Albert en Battersea, al suroeste de Londres. Aquí coincidió con el exjugador y actual entrenador del Chelsea, Frank Lampard, con el que vio el encuentro entre Inglaterra y la República Checa, clasificatorio para la Eurocopa 2020, que terminó con la derrota de los ingleses. Pero este no era el motivo principal que llevó al príncipe Guillermo hasta el local. Tal y como ha desvelado el Palacio de Kensington, el hijo del príncipe de Gales quiso aprovechar para conversar con aficionados que han recibido la ayuda de organizaciones benéficas relacionadas con la salud mental, concretamente Mind y Calm.
La iniciativa del duque de Cambridge está íntimamente ligada a la campaña Heads Up, un proyecto en el que colaboran desde hace tiempo tanto él como su esposa. En esta ocasión, han recurrido al deporte rey, popular donde los haya, para concienciar acerca de la salud mental y así ayudar a amigos y familiares de aquellas personas que en estos momentos se vean aquejadas por una enfermedad mental. No es de extrañar que el duque se haya volcado con esta original idea, teniendo en cuenta que durante varios años ha sido presidente honorario de la Federación Inglesa de Fútbol.
Además de volcarse con la salud mental, los duques de Cambridge, como tantos otros británicos, son muy aficionados al fútbol. La semana pasada, sin ir más lejos, se dejaron ver junto a sus dos hijos mayores, George y Charlotte, en las gradas de un estadio, donde acudieron a presenciar el encuentro entre el Norwich City y el Aston Villa. Los cuatro disfrutaron de lo lindo, aplaudiendo algunas jugadas y comentando otras. E incluso celebrando por todo lo alto -en el caso de George- los goles de su equipo, el Aston Villa.