La Duquesa de Sussex no se olvida de las joyas de Diana de Gales en su regreso
Ayer la Duquesa de Sussex volvía a la vida oficial después de cuatro meses de baja por maternidad. Su regreso suscitaba gran expectación y llegado el momento de la verdad no ha defraudado cuando ha aparecido en la cadena de lujo John Lewis para presentar su colección de ropa con fines solidarios (por cada prenda vendida otra se destina a la asociación Smart Works). Como no podía ser de otra forma lució para la ocasión sus propias creaciones para el trabajo y no se olvidó de algunas joyas de la colección de Diana de Gales, para dar brillo y esplendor al look y tal vez también para hacer partícipe a la Princesa de corazones en la causa en la que la Duquesa había puesto tanto corazón.
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Desde su boda, la Duquesa de Sussex ha llevado con relativa frecuencia algunas de las piezas de la colección personal de lady Diana, las joyas que en un pacto entre caballeros el príncipe Harry acordó con el príncipe Guillermo que se quedaría. Para empezar el anillo de compromiso con el que el príncipe Harry le pidió matrimonio estaba hecho con los diamantes que una vez pertenecieron a la Princesa de Gales, pero no sería la única joya que llevaría de su suegra. Ha tenido varios flechazos más.
Durante varios meses, la Duquesa no se quitaba dos de sus joyas: un par de pendientes con forma de mariposa y un brazalete de oro con dos zafiros. Precisamente eligió nuevamente estas dos piezas tan queridas para su vuelta al trabajo tras el nacimiento del pequeño Archie Harrison el pasado 6 de mayo. Pulsera y pendientes los lució por primera vez durante su viaje oficial a Australia, en octubre de 2018, que coincidió con el anuncio de su embarazo. La última vez que llevó el brazalete, estando en el último trimestre de su embarazo, fue junto al príncipe Harry en la premiere del espectáculo Totem en Londres, ofrecido por el Cirque du Soleil.
Otras joyas de la colección privada de Diana de Gales encontraron el favor de la Duquesa de Sussex, como el anillo de topacio que llevaba el día de su boda en el final de fiesta en Frogmore House, una de las más espectaculares y simbólicas del joyero de la Princesa. Y es que se trata del anillo que se compró ella misma después de su divorcio con el príncipe Carlos, firmado de forma oficial el 28 de agosto de 1996, y con el que vino a remplazar el icónico anillo de compromiso que años más tarde el príncipe Guillermo le daría a la Duquesa de Cambridge para pedirle matrimonio. Se podría decir que es un símbolo de independencia y de renacer.