Isabel de Inglaterra ofreció ayer en el Palacio de Buckingham su tercera fiesta en el jardín de la temporada. Junto a la soberana británica se encontraban en esta ocasión sus nietas las princesas Beatriz y Eugenia de York y su nieto el príncipe Harry, que llegó solo a la cita a su regreso de su polémico viaje a Roma.
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Después de que los Duques de Cambridge acudieran la semana pasada a los jardines palaciegos, le había llegado el turno al príncipe Harry de unirse a su abuela en el esperado evento al aire libre de Buckingham. El Príncipe, que el pasado 6 de mayo se convirtió por primera vez en padre de un precioso niño llamado Archie Harrison Mountbatten-Windsor, cumplió puntualmente como todos los años al lado de la reina Isabel, pese a sus circunstancias excepcionales.
A lo largo de las tres semanas de vida de su pequeño, ha tratado de conciliar al máximo la agenda oficial con las nuevas exigencias familiares, confiándole a su esposa la mayor responsabilidad en el cuidado del bebé. Por esta razón su mujer, que el año pasado debutó como Duquesa de Sussex en esta misma fiesta, tan solo una semana después de su romántica boda real, no le acompañaba este año, ya que se encuentra de baja por maternidad totalmente entregada a su hijo.
La certeza anticipada de que la Duquesa de Sussex no acudiría a la cita no evitó la desilusión posterior al confrontar que efectivamente no había asistido. Muchos se preguntaban sin respuesta cuándo volveríamos a ver a la Duquesa. La prensa británica ha dado estos días esperanzas a los más impacientes: apunta que podría ser más pronto que tarde con ocasión del Trooping the Colour, el tradicional desfile con el que se celebra a principios de junio el cumpleaños de la reina Isabel, que en realidad tiene ocasión el 21 de abril.
Ni salió Meghan ni salió el sol, incluso amenazaron lluvias, pero la reina Isabel, sí la reina Isabel, y sus nietas Beatriz y Eugenia de York aportaron esa luz primaveral de una fiesta del jardín lucida. Y es que cuando el día se apaga, la realeza lo enciende. Isabel de Inglaterra puso al mal tiempo buen estilo por muy nonagenaria que sea ella, dando lecciones a muchas con menos décadas: conjuntando abrigo, vestido y sombrero y, no de cualquier manera, de la manera más dulce, de color de rosa. Fue una lady in pink, con sonrisa risueña y juvenil paraguas a juego.
Y las Princesas le siguieron los pasos de glamour. La princesa Eugenia, la más intimista, bajó el tono con un vestido nude de falda plisada firmado por Sandro. Pero ¿qué es una primavera sin flores? La princesa Beatriz se encargó de traer al evento un buen ramillete en su vestido de The Vampire's Wife. Toda una provocación para aquellos que con las únicas flores que quieren verla son con las del ramo de novia. Ambas coronaron sus atuendos con sofisticados tocados de la firma Alice.
El Duque y la Duquesa de Gloucester, el Duque de Kent y el Príncipe y la Princesa Michael de Kent, padres de la última novia real, acompañaron a la reina Isabel junto a los más de 8.000 invitados, entre los que se encontraban los capitanes de los equipos de cricket que compiten en la Copa del Mundo, que desde hoy se enfrentan en Inglaterra y Gales. El torneo nominará a los diez mejores equipos mundiales: Afganistán, Australia, Bangladesh, Inglaterra, India, Nueva Zelanda, Pakistán, Sudáfrica, Sri Lanka y las Indias Occidentales.
Nueve de estos diez países son parte de la Commonwealth y tuvieron como anfitrión al príncipe Harry, nombrado hace un año embajador de la juventud de la Commonwealth por la soberana británica, que les dio la bienvenida antes de unirse a sus otros invitados, muchas de las causas sociales de la pareja que, cómo no, tuvieron recuerdos para la Duquesa.
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