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La genética que recibirá el bebé de los Duques de Sussex es una incógnita. Más cuando sus padres son tan diferentes: Meghan Markle, con su ascendencia afroamericana, de pequeña tenía el pelo rizado, mientras que el príncipe Harry, con su pelo rubio cobrizo, no podría ser más británico. ¿Adoptará el bebé el gen recesivo de los ojos claros de Harry, o el dominante tono oscuro de Meghan? Solo el tiempo dirá a quién se parece más el nuevo miembro de la Familia Real Británica.
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