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El nieto más pequeño de la reina Isabel, James, vizconde de Severn, de once años, disfrutó de las vacaciones de Semana Santa en familia. Figuraba entre sus planes de estos últimos días de ocio llevar a su madre, la Condesa de Wessex, a dar una vuelta por los terrenos del Castillo de Windsor en el Land Rover de la familia. Así que James fue fotografiado al volante del vehículo, mientras Sophie, protagonista de uno de los siete capítulos de la docuserie sobre los Windsor de ¡Hola!Tv, lo acompañaba en el asiento del copiloto en las imágenes publicadas por el periódico británico Daily Mail. Como se trata de un terreno privado, el joven está legalmente autorizado para conducir sin carné o seguro. También durante el fin de semana, James sacó a pasear a los perros de la familia, mientras que su padre, el príncipe Eduardo y su hermana mayor, lady Louise Windsor, montaban a caballo.
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James no es el único miembro de la Familia Real británica que ha sido visto conduciendo en los terrenos del Castillo de Windsor. Su abuelo, el príncipe Felipe, fue fotografiado yendo a dar una vuelta el pasado jueves, pese a que ya no conduce como todos saben. A principios de año, el Duque de Edimburgo estuvo involucrado en un accidente automovilístico, que le llevó a renunciar a su licencia de conducir. Se emitió un comunicado a través del Palacio de Buckingham para anunciar su meditada decisión: “Después de una cuidadosa consideración, el Duque de Edimburgo decidió entregar voluntariamente su licencia de conducir”. También la reina Isabel ha dejado su permiso de conducir en la agencia de tráfico, aunque solo se jubila en las carreteras públicas. Y es que ningún Windsor quiere renunciar a la libertad que proporciona el volante. Tanto el príncipe Guillermo como el príncipe Harry aprovechan cualquier ocasión para ponerse en el asiento del piloto en lugar de dejarse llevar por un chófer y no solo ellos, el rey Felipe, el rey Juan Carlos y la infanta Elena, también conducen a menudo sus propios vehículos.
James, undécimo en la línea de sucesión al trono británico, fue visto por última vez en público el domingo cuando se unió a muchos de sus familiares en la capilla de San Jorge para asistir al servicio de Pascua de Resurrección. El domingo especial también coincidía con el 93º cumpleaños de la reina Isabel, y tres de sus cuatro hijos estuvieron presentes, incluidos la mayoría de sus nietos: el príncipe Guillermo con su esposa, la Duquesa de Cambridge; el príncipe Harry sin su mujer, la Duquesa de Sussex, que se encuentra en la recta final de su embarazo; Peter y Autumn Phillips; Mike y Zara Tindall y la princesa Beatriz si su nuevo novio. La princesa Eugenia fue una de las notables ausencias, aunque compensó a su abuela asistiendo al servicio del Jueves Santo con ella la semana pasada. Después del servicio religioso de una hora, la Familia Real británica disfrutó de un almuerzo familiar en el Castillo de Windsor.
Los Condes de Wessex han trabajado duro para darles a sus dos hijos la vida más normal posible, y rara vez se los ve en público. Sin embargo, en 2016, recordó el momento en que su hija, lady Louise, se dio cuenta de que su abuela era la mismísima Reina de Inglaterra durante una excepcional entrevista con Louise Minchin de la BBC. Cuando se le preguntó si sus hijos habían empezado a reconocer en su abuela a la importante figura pública que es, ella dijo: “Sucedió hace poco. Para Louise, en realidad, fue muy impactante. Cuando un día ella regresaba a casa de la escuela, me dijo: ‘Mamá, la gente me dice que la abuela es la reina’. Y le dije: ‘Sí, ¿cómo te hace sentir eso?’ Y ella dijo: ‘No entiendo’”. Sophie añadió: “No creo que ella haya comprendido que quizás solo era una reina”.
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