Música y espectáculo en el Día de la Commonwealth: Isabel II reúne de nuevo al 'dream team'
La Abadía de Westminster acoge uno de los eventos más significativos para el Reino Unido cuando se cumplen 70 años
La Abadía de Westminster acoge este lunes uno de los actos más significativos del calendario británico y una gran excusa para reunir a buena parte de la familia Real. La Reina Isabel II, los duques de Cambridge y de Sussex, el príncipe de Gales con la duquesa de Cornualles y el duque de York se han reunido en esta celebración que tiene lugar el segundo lunes de marzo de cada año. Además, esta cita ha marcado el segundo encuentro entre los matrimonios de Cambridge y Sussex en una semana, todo un récord teniendo en cuenta que llevaban sin coincidir en un acto público desde la tradicional misa de Navidad en Sandrigham. A diferencia de su último encuentro con motivo del aniversario de la investidura del Príncipe de Gales, en esta ocasión si los hemos visto juntos y conversando con normalidad.
Los primeros en llegar han sido Meghan Markle y el príncipe Harry. Al ritmo de la percusión que amenizaba los exteriores de la abadía, la pareja saludó a los miembros del clero y a las autoridades políticas que esperaban a la entrada. Impecable con un abrigo blanco con sombrero a juego, sobre un vestido del mismo color con detalles plateados que evidenciaba su avanzado embarazo, la duquesa se mostró sonriente y relajada cuando apenas quedan semanas para dar la bienvenida a su bebé.
Los duques de Cambridge y los de Sussex, juntos de nuevo tras meses de rumores
Los siguientes han sido los duques de Cambridge, que también con un semblante especialmente alegre, repitieron el mismo protocolo a su llegada. Completamente de rojo con un vestido de manga larga y doble abotonadura, la duquesa, junto a su marido, se colocaron al lado de Meghan Markle y el príncipe Harry. Siguiendo un orden de llegada generacional, era el turno de Carlos de Inglaterra y su esposa la duquesa de Cornualles, con un traje azul eléctrico. Mientras esperaban a Isabel II, el matrimonio charló animadamente con los cuatro duques. Finalmente, la última en llegar ha sido la reina, vestida de un llamativo morado. Tras los saludos de rigor dio comienzo la ceremonia.
Este acto es el mayor servicio multireligioso del año en Reino Unido y en esta ocasión la fecha es aún más señalada ya que se cumplen 70 años de la Commonwealth moderna, resultado del fin del colonialismo. Se esperaban más de 2000 invitados entre representantes políticos y también de organizaciones de la sociedad civil y hasta unos 800 escolares que participan en este evento retrasnmitido en directo por la BBC. La Abadia de Westminster presentaba este lunes todo un crisol de culturas, que se traduce en bailes, música y actuaciones dentro y fuera del templo. El comienzo del acto lo ha marcado un desfile portando las banderas de todos los países que forman parte de la unión de todos los países que tienen lazos históricos con el Reino Unido. El encargado de dar uno de los discursos, además de las autoridades, ha sido Lewis Pugh, un nadador defensor de los oceános reconocido por las Organización de las Naciones Unidas.
En esta ocasión la temática escogida es: 'una Commonwealth conectada', como forma de fomentar el diálogo y la cooperación entre los 53 países que forman la mayor mancomunidad de naciones del mundo para impulsar un crecimiento económico y social sostenible en todos los miembros. Además de reunir a las máximas autoridades y representantes políticos e institucionales de los diferentes Estados, el acto, organizado por la Real Sociedad de la Commonwealth, ha sido todo un festival de música y color amenizado con las actuaciones musicales del grupo Clean Bandit y el tenor Alfie Boe, entre otros.
Tanto en la visita con la quel os duques de Sussex abrieron las celebraciones esta mañana como en la ceremonia de la Abadía de Westminster, los más jóvenes han sido protagonistas de muchos momentos y actuaciones. A la salida del templo, lunos niños se han acercado a los miembros de la familia Real para entregarles unos coloridos ramos de flores. Tanto los duques de Cambridge como los de Sussex no solo aceptaron agradecidos el obsequio, sino que se pararon a hablar con los pequeños.