Este lunes la reina Isabel II reunía a los miembros de su familia en el Palacio de Buckingham para conmemorar los 50 años de Carlos de Inglaterra como príncipe de Gales. Fue en 1969 cuando la monarca colocó a su hijo en en el Castillo de Caernarfon una corona de oro que, en los últimos días, ha sido centro de todas las miradas después de que David Mason, el hombre que la fabricó, haya revelado el asombroso secreto que esconde.
Según ha confesado, el futuro heredero al trono británico fue declarado príncipe de Gales con una corona cuyo orbe es una pelota de ping pong bañada en oro. Un dato que el propio Carlos de Inglaterra desconocía en aquel momento y que, tal y como admite el propio orfebre, puede que en la actualidad siga sin conocer.
Este gerente de investigación química retirado, de 74 años, ha desvelado al Daily Mail no sólo este secreto sino cómo fue la ardua elaboración de esta corona, diseñada por el célebre orfebre Louis Osman, a la que algunos denominaron la "corona impostora".
Fue en marzo de 1969 cuando David Mason, que por aquel entonces tenía 28 años, recibió en su oficina de Elgelhard Industries, en Cinderfold, la llamada de Osman, quien reveló al joven orfebre que se le había designado diseñar la corona para la investidura del príncipe de Gales. El hijo de la reina Isabel II deseaba un diseño ovalado que se ajustara a un "joven moderno" y en el que se viese su corte de pelo y sus orejas.
La joyería oficial de la corona británica presentó una propuesta pero fue rechazada por el gobierno laborista de entonces por ser demasiado lujosa. Para entonces, sólo quedaban cuatro meses para la investidura y el diseñador esperaba que se pudiera realizar con un proceso revolucionario con el que se podía replicar hasta el más mínimo detalle de la base de madera creada en una primera fase. Además, se utilizó mucho menos oro de lo normal.
Sin embargo, la primera versión, que en un primer momento quedó perfecta, se desintegró en sus manos cuando fue golpeado con un sello. Casi sin tiempo, tuvieron que realizar una segunda versión en la que perfeccionar el orbe, que Osman había exigido que fuera completamente esfeérico. "Reflexioné sobre cómo diablos hacer este objeto electroformado tridimensionalmente, ya que nadie antes lo había hecho. Cuando solo quedaban unos días y viendo un partido de ping pong, me acerqué a la televisión y vi la solución. El proceso funcionó, pero como no había forma de sacra la pelota tuvimos que dejarla dentro", confesó.