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La duquesa de Sussex se vio obligada a abandonar este martes su almuerzo en un restaurante de Nueva York después de solo 15 minutos. Una fuente reveló a HELLO! que Meghan salió a comer algo con Abigail Spencer, su excompañera en la serie Suits, al bar Flora que se encuentra en el interior del museo Met Breuer, pero que se fue de allí poco después. Las dos estaban sentadas en una mesa junto a la ventana y en un momento dado sintieron que necesitaban mayor privacidad, por lo que se dirigieron al Hotel Surrey. Luego fueron vistas en el Café Boulud del hotel, sentadas en la parte trasera donde estaba todo mucho más tranquilo.
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La esposa del príncipe Harry ha disfrutado de un emocionante viaje a la ciudad para celebrar su baby shower con quince de sus amigos más cercanos: Serena Williams, Misha Nonoo, Jessica Mulroney y Markus Anderson fueron fotografiadas con la Duquesa el martes. Jessica, la mejor amiga y organizadora de bodas, se encargó de la fiesta del bebé en el hotel Mark, donde le entregaron para la ocasión hermosas flores de primavera.
Más tarde, el mismo martes por la noche, la exactriz se dirigió a una cena íntima con Markus, Misha, Jessica, Abigail y Serena. Llegaron al bar The Polo alrededor de las siete de la tarde y pasaron tres horas charlando y riendo juntos. Parece que tampoco se perdieron la velada con la duquesa de Sussex, muy comprometida durante su estancia en Nueva York, su vieja amiga Benita Litt; la estrella de Suits Sarah Rafferty, la actriz y cantante india Priyanka Chopra, recientemente casada con Nick Jonas en una fabulosa boda de marajás, y la autora y productora de televisión Lindsay Roth.
Meghan y su mejor amiga, Jessica, pasaron un precioso tiempo juntas en Nueva York durante los últimos días. El pasado sábado, hicieron una visita a Ladurée en Soho para comprar las famosas galletas francesas conocidas como macarons y té. “Vinieron el sábado, pero fue una visita totalmente privada”, dijo a HELLO! una fuente de la casa de repostería de lujo con sede central en París y establecimientos por todo el mundo. La duquesa de Sussex ya se había declarado absoluta fan de la prestigiosa pastelería, calificándola como “una pequeña porción de París en el centro de la ciudad de Nueva York”. Durante el viaje, dedicó algún tiempo a hacer compras en la ciudad, y se dice que compró un montón de ropa para bebé que se llevaría de vuelta al Reino Unido.
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