Tres días después de que el Duque de Edimburgo sufriera un aparatoso accidente de tráfico, del que salió ileso y por su propio pie, la reina Isabel reapareció este domingo en el servicio religioso que tuvo lugar en la iglesia de St Peter en Wolferton, muy cerca de Sandringham, la residencia a la que al Familia Real británica suele acudir en Navidad. A la cita acudió con su hijo, el príncipe Andrés. Con un abrigo camel, a juego con su sombrero, y mostrando la mejor de sus sonrisas, la Soberna plantó al mal tiempo buena cara después de que su marido, de 97 años, chocara el pasado jueves el Land Rover que conducía con un turismo en el que viajaban dos mujeres, que sufrieron heridas leves, y un bebé, que no presentó contusiones.
Tras el espectacular siniestro, ningún miembro de la Monarquía se ha pronunciado al respecto y ha sido ahora cuando se ha visto, por primera vez en público, a la Reina, que fue recibida con una cálida bienvenida a las puertas del templo. Aunque Felipe de Edimburgo no presentó heridas, un portavoz del Palacio de Buckingham informó el viernes que “por consejo médico, el Duque vistió el hospital Reina Isabel en King’s Lynn para un chequeo preventivo. Tras el examen médico se confirmó que Su Alteza Real no tenía lesiones preocupantes y regresó a su residencia en Sandringham”. También se informó que la Policía le sometió a una prueba de visión, que superó.
- El duque de Edimburgo, involucrado en un accidente de tráfico en Sandringham
- El Duque de Edimburgo, de 97 años, salió ileso y por su propio pie de este impactante accidente
Pese a su avanzada edad y al gran susto que sufrió al volante, el padre de Carlos de Inglaterra fue fotografiado conduciendo nuevamente dos días después sin llevar el cinturón de seguridad por una carretera de Sandringham, muy cerca de donde ocurrió todo. Un portavoz de la Policía de Norfolk dijo que los agentes ya están al tanto de las imágenes tomadas y que “se han dado consejos adecuados al conductor”. Mientras, la investigación para aclarar lo sucedido sigue su curso.
El accidente de tráfico se produjo sobre las cuatro de la tarde (hora española) cuando el todoterreno del Príncipe chocó con el turismo. Roy Warne, un testigo, dijo que “vi a un coche salir del carril y rodar hasta terminar al lado de la carretera y hubo una gran colisión con otro coche”, dijo. “Fui al otro coche. Había un bebé en la parte de atrás y, con otro hombre, lo sacamos. Luego fui al vehículo negro para ayudar y me di cuenta de que el Duque de Edimburgo. Le pedí que moviera su pierna izquierda y luego le ayudé a salir”, dijo Warne en declaraciones con la radio de la BBC.
Este último accidente de Felipe de Edimburgo ha vuelto a traer a la actualidad la preocupación que ya mostró su hijo, el Heredero al trono, porque su padre, pasados los 90, se pusiera detrás del volante. Pese a su avanzada edad, el marido de la Reina goza de buena salud, aunque el pasado abril fue operado de la cadera satisfactoriamente.