De Meghan a Duquesa de Sussex: 2018, el año que marcó su vida

Su boda con el príncipe Harry y su embarazo han destacado en un año que ha estado lleno de novedades y descubrimientos para la duquesa de Sussex

por Alba G. Salas

Hay años que marcan la vida de uno o, al menos, el de una nueva etapa. Este 2018 será, sin lugar a dudas, el que Meghan nunca olvidará, pues en 365 días ha visto cómo su mundo cambiaba radicalmente al abandonar su exitosa carrera como actriz en Estados Unidos para formar parte de la realeza europea y trasladarse a vivir a Reino Unido. En estos doce meses, la mujer del príncipe Harry ha experimentado nuevas vivencias y se ha convertido en uno de los rostros más destacados internacionalmente, no sólo por su estilo, también por el nuevo aire hollywoodiense que ha traído a la monarquía inglesa. Pero como no todo es perfecto en esta vida, Meghan también ha comenzado a experimentar lo que supone estar constantemente en el ojo del huracán. Pero volvamos al principio para recordar, cronológicamente, todo lo que ha dado de sí este 2018 para la ya duquesa de Sussex. 

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Los meses previos a su boda con Harry

Aunque su compromiso con el príncipe Harry y su primer acto oficial pudimos verlo en 2017, en las primeras semanas del año el hijo pequeño de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales quiso encargarse de presentar a su prometida a los ciudadanos británicos y que ella conociese a fondo todas las implicaciones que supone ser un Windsor. De enero a abril la agenda de la pareja real fue frenética, protagonizando varias "primeras veces": primeros viajes a diferentes puntos de Reino Unido; primeros actos con los duques de Cambridge, a los que la prensa denominó como 'los cuatro fantásticos'; su primer acto con la Reina y las máximas autoridades...

En ellos pudimos ver cómo Meghan comenzaba a dar sus primeros discursos feministas; cómo su estilo se iba amoldando a los diferentes eventos, sin perder nunca su esencia; y cómo la espontaneidad propia de alguien que no conoce a la perfección el protocolo cambiaba por seguridad y saber de estar en cada acto.

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Intercalándose entre tanta fecha destacada, íbamos conociendo detalles del gran enlace: invitaciones, tarta, fotógrafo, música, posibles diseñadores para el vestido de novia, número de invitados y primeros nombres, cuidados de belleza, hoteles en los que permanecerían los novios la noche previa... Y sí, entre los detalles también estaba conocer de cerca a la familia de Meghan, aunque nunca esperábamos que ocurriese lo que acabó pasando. 

Recta final y ¡el gran día! 

La tensión y el nerviosísmo marcaron los días previos a la boda del príncipe Harry y Meghan Markle. A pesar de que el padre de la estadounidense, Thomas Markle, iba a ser el encargado de llevar a su hija al altar, lo cierto es que la polémica y los problemas de salud impidieron que fuese así, siendo el príncipe Carlos el que finalmente cogió el brazo de Meghan en un día tan especial. Pero nada de eso importó el tan ansiado 19 de abril, día del gran enlace. Windsor se vistió para la ocasión y los ciudadanos salieron a las calles para ver al nieto de Isabel II dar el "sí,quiero" a Meghan Markle, una conocida actriz estadounidense tres años mayor que él, entre 600 invitados en los que se mezclaron la realeza y la presencia hollywoodiense

Tras la llegada del novio y de su best man, su hermano Guillermo, Meghan llegó en coche acompañada de su madre, Doria Ragland. Aunque recorrió los primeros metros de la iglesia sola, antes de llegar al altar le esperaba un 'padrino' de excepción, su futuro suegro, Carlos de Inglaterra. Después de que sonara el himno de Jan Struther, Señor de toda la esperanza, y de que Harry descubriera el rostro de Meghan apartando suavemente el velo, dejando ver también la espectacular tiara 'bandeau' de diamantes que perteneció a la reina Mary, el Arzobispo comenzó con las declaraciones de consentimiento y Harry y Meghan se comprometieron a amarse, consolarse, honrarse y protegerse el uno al otro por el resto de su vida con un sonoro “I, will” (“sí, quiero”). 

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Una vez convertidos en marido y mujer, y tras recorrer Windsor y recibir el calor de los muchos curiosos que se agolparon en las calles, los novios pusieron el broche de oro a su gran día con una fiesta privada en Frogmore House, en la que pudimos ver a una impresionante Meghan luciendo su segundo vestido de novia, un diseño de alfombra roja firmado por Stella McCartney al que añadió una impresionante aguamarina, un anillo de la recordada princesa Diana de Gales

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La felicidad no tardó demasiado en llegar

Aunque la pareja disfrutó de una luna de miel en el paraíso, nunca se ha conocido el destino exacto de su viaje de novios, que, tras muchas especulaciones, sigue siendo un secreto bien guardado. Tras este viaje, la pareja continúo con su apretada agenda, que para Meghan prosigió llena de momentos de debut: primera aparición en el tradicional 'Trooping The Colour' junto a la Familia Real, primer look y tocado en Ascot, primer bautizo real con Louis de Cambridge, primer viaje internacional de los Duques de Sussex, primera boda real como invitados... 

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Todas ellas, grandes noticias que continuaron tras el "sí, quiero" y que quedaron relegadas a un segundo plano tras hacerse oficial el 15 de octubre que el príncipe Harry y Meghan esperaban su primer hijo para la primavera de 2019. El palacio de Kensington confirmaba la feliz llegada solo tres días después de la boda de Eugenia de York, donde saltaron todos los rumores al lucir un look en el que se intuían sus primeras curvas. "Sus Altezas Reales los Duques de Sussex están encantados de anunciar que esperan un hijo para la primavera de 2019. Agradecen el apoyo que han recibido de la gente desde su boda en el mes de mayo y están encantados de compartir esta feliz noticia", se podía leer en el comunicado. 

La buena noticia llegaba sólo días antes de que el matrimonio realizase su primera gira internacional como marido y mujer, lo que hizo que todas las miradas se centrasen en su recorrido por Australia, Nueva Zelanda, Fiji y Tonga. Durante estos meses, hemos podido ver a una orgullosa mujer enamorada de sus curvas y de los que éstas significan, abrazando de manera constante su barriguita. De hecho, durante su aparición sorpresa en los British Fashion Awards, en los que apareció por sorpresa para entregar el premio a mejor diseñadora británica a Clare Waight Keller -directora artística de Givenchy y mujer encargada de hacer su vestido de novia-, la mujer de Harry no dejó de marcar su embarazo con sus manos.

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Un año después de su presentación, Meghan recibe los primeros ataques de la prensa

La llegada Meghan como consorte del príncipe Harry supuso un soplo de aire fresco para la monarquía británica y para la prensa internacional, que ha visto en ella un nuevo referente. Sin embargo, los ataques no han tardado en llegar y la excusa no ha sido otra que la inesperada dimisión de su asistente personal, un adiós que algulos tabloides achacan a la fuerte personalidad de la esposa del príncipe Harry. Sea como sea, estos aislados titulares no nublan el año más importante para Meghan, convertida en duquesa de Sussex y esperando la llegada del que será el séptimo miembro en la línea sucesoria al trono británico. 

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