Los Duques de Sussex tienen grandes planes para reformar su futuro hogar en Frogmore Cottage
La casa de campo del siglo XVII, a menos de dos kilómetros del castillo de Windsor, ha sido elegida por razones de espacio para criar a su bebé
Los Duques de Sussex están transformando Frogmore Cottage, a menos de dos kilómetros del castillo de Windsor, en la casa familiar perfecta antes de mudarse allí a principios del próximo año. La pareja real ha presentado un ambicioso proyecto para realizar a cabo una reforma en esta propiedad del siglo XVII, que se cree que ha sido un regalo de la reina Isabel por el próximo nacimiento de su primer hijo en la primavera de 2019. Funcionarios del distrito real de Windsor y Maidenhead ya aprobaron una solicitud para renovar la casa de campo, que está clasificada como residencia de Grado II y, por tanto, legalmente protegida por ser de especial interés arquitectónico e histórico.
Este tipo de edificaciones históricas no se pueden restaurar con la misma libertad que se haría con cualquier otra de construcción más reciente. Cada vez que los propietarios quieren modificar su propiedad, como ahora los Duques de Sussex, deben afrontar complejos trámites burocráticos con la ayuda de expertos para garantizar que mantenga su valor histórico. La casa original de Frogmore, que debe su nombre a la gran cantidad de ranas que siempre han vivido en esta zona pantanosa, fue construida entre 1680 y 1684 por el arquitecto Hugh May para el sobrino de Carlos II. Desde 1709 hasta 1738, fue arrendada a los Duques de Northumberland y, posteriormente, a una sucesión de familias hasta que la reina Charlotte, esposa de Jorge III, puso sus ojos en ella como lugar de retiro en el campo para sus hijas solteras. Compró el contrato de arrendamiento en 1792 y encargó al arquitecto James Wyatt su ampliación y modernización.
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La última gran reforma se remonta a la década de 1980, durante la cual se llevó a cabo un extenso programa de reparación, restauración y redecoración que ilustra las fases principales de ocupación de sus más célebres inquilinos, entre los que figuran la Duquesa de Kent, madre de la reina Victoria; la princesa Helena y su marido, príncipe Christian de Schleswig-Holstein, y los reyes Jorge V y Mary, además de ser última morada de la reina Victoria y el príncipe Alberto. Los actuales planes de instalación y reforma, que se aprobaron el pasado mes de julio, mucho antes de que se confirmara la mudanza del príncipe Harry y su mujer, la duquesa Meghan, incluyen el permiso de la extensión de dos invernaderos y la construcción de un estudio de una habitación en los terrenos de Frogmore Cottage, lo que tal vez pudiera convertirse en un pisito para la madre de la Duquesa de Sussex, Doria Ragland, quien estaba considerando mudarse al Reino Unido para estar más cerca de su nieto.
En octubre se realizó otra instancia solicitando autorización para realizar obras tanto en el interior como en el exterior de la residencia y en sus vastos terrenos, donde una casa de verano en forma de una ruina gótica diseñada por James Wyatt y una casa de té hecha para la reina Victoria todavía están en pie. Pero en aras de la seguridad de la familia tales planes se han mantenido en secreto. Una nota especial acerca de la nueva petición de los Duques indica que contiene “información confidencial” y que los esbozos, planos de los arquitectos y otros documentos son privados. Diversos medios de comunicación británicos, no obstante, sostienen que albergará una enfermería y un pequeño gimnasio con estudio de yoga para que la Duquesa continúe practicando sus rutinas deportivas.
Todo apunta a que los Duques de Sussex convertirán Frogmore Cottage en una casa familiar de cinco habitaciones, con suficiente espacio para una niñera y una guardería para su bebé. El Palacio de Kensington informó de que los costos de las obras de construcción se satisfarán con la asignación que la soberana recibe de los presupuestos del Estado, mientras que se espera que sea la pareja real la que abone cualquier actualización decorativa.
Se confirmó el pasado sábado que el príncipe Harry y la duquesa Meghan se mudarán a Windsor en 2019, en lugar de quedarse en el Palacio de Kensington como se suponía que harían, por razones de espacio y de intimidad para criar a su pequeño: “El duque y la duquesa de Sussex se mudarán a Frogmore Cottage en Windsor Estate a comienzos del próximo año mientras se preparan para la llegada de su primer hijo. La pareja ha vivido en Nottingham Cottage desde su compromiso el año pasado. Windsor es un lugar muy especial para Sus Altezas Reales y están agradecidos de que su residencia oficial se encuentre allí. La oficina oficial de la Duque y la Duquesa continuará en el Palacio de Kensington”. La nueva casa de los Duques ya fue distinguida por la pareja como uno de sus impresionantes escenarios nupciales. Allí pondrán punto y seguido a su particular vivieron felices.