Tras su viaje por Oceanía, la fiesta por el 70 cumpleaños del príncipe Carlos de Inglaterra y la cena de la Royal Foundation, los Duques de Sussex han acudido a un concierto benéfico organizado por Royal Variety y que ha tenido lugar en el London Palladium de la capital británica. Este evento busca recaudar dinero para ayudar a artistas de Gran Bretaña que necesitan ayuda. Esta gala, que se organiza cada año, ha contado con importantes actuaciones como las del grupo Take That, George Ezra, Clean Bandit, Andrea Bocelli y su hijo Matteo, entre otros cantantes. Además de disfrutar de las interpretaciones, los Duques también se reunieron con los músicos y con el personal de esta organización benéfica. La primera vez que el príncipe Harry acudió a este acto fue en el año 2015 y en aquella ocasión se celebró en el Royal Albert Hall, tres años después, lo hace por primera vez como un hombre casado y tras conocerse la noticia de que en la primavera de 2019 dará la bienvenida a su primer hijo con Meghan.
Los Duques de Sussex causaron una gran expectación a su llegada y Meghan saludó a los muchos curiosos que se agolpaban a las puertas del teatro. La Duquesa ha lucido un diseño compuesto de falda negra con silueta sirena y cola y un cuerpo con motivos bordados con lentejuelas en blanco y negro con un discreto péplum, con el que, presumió de hombros, además de su incipiente barriguita de embarazada. El conjunto lleva el sello de la firma británica Safiyaa.
El año pasado, los encargados de presidir esta función fueron los Duques de Cambridge, donde, curiosamente Catherine también presumió de tripita premamá. Estaba embarazada de su tercer hijo, el príncipe Louis, que nació el 23 de abril de 2017. En aquella ocasión eligió un diseño de Jenny Packham, que recordó a la reina Elsa de la película Frozen de Disney.
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La Royal Variety, de la que la reina Isabel es patrona, atiende a personas en riesgo de exclusión social que se dedican al mundo del espectáculo en Brinsworth House, situada en Twickenham, una localidad del suroeste de Londres. Allí acuden profesionales del mundo del entretenimiento que por ser mayores, enfermos o estar pasando un mal momento en sus carreras necesitan de la ayuda de esta entidad. De hecho, Meghan ha recibido a su llegada a la velada, un ramo de flores, de lo más otoñal, procedente de los jardines de este lugar, que le ha entregado una niña.
Los orígenes del Royal Variety se remontan a 1912 cuando el rey Jorge V y la reina Mary acudieron a la gala en el Palace Tehatre de Londres. Hubo que esperar hasta 1919, un año después de la Primera Guerra Mundial, para que tuviera lugar el segundo espectáculo real, que se celebró en el Coliseo de Londres y que sirvió como agradecimiento a la ayuda econónmica que los artistas del espectáculo prestaron a Gran Bretaña en la contienda. Fue en 1921 cuando se convirtió en una tradición anual y se instituyó como lo que es ahora, una organización benéfica al declarar el Monarca que él mismo o un miembro senior de la Familia Real acudiría para ayudar a la Brinsworth house y al Royal Variety Charity.