La madre de Meghan podría ser una más en la Navidad de los Windsor
Según ha publicado un medio británico, la Reina ha invitado a Doria Ragland a pasar las fiestas navideñas en Sandringham con toda la Familia Real
La Navidad se acerca y son muchos los que comienzan a hacer planes para pasar las fiestas… ¡también en la Casa Real británica! En su caso las tradiciones son férreas y el programa se repite milimétricamente año tras año del Palacio de Buckingham, donde comienzan con un almuerzo prenavideño, a la residencia de Sandringham, donde se reúnen al completo. Así que la única novedad que cabe son las nuevas incorporaciones a la mesa de la Reina de Inglaterra. Este año parece que será la madre de Meghan, Doria Ragland, la que se sume a las celebraciones navideñas de la familia Windsor.
Ha sido el británico Express el que citando a una “fuente real de alto rango” publica que “la Reina de Inglaterra ha invitado a la madre de la duquesa de Sussex a unirse a la Familia Real para la Navidad en Sandringham”. “Ha sido un gesto muy reflexivo”, comenta esa fuente de una invitación que se define en el Reino Unido como un gesto sin precedentes.
“Es una señal de respeto de la Reina hacía Meghan y una consideración al no tener familiares en el país, a diferencia de lo que sucede con Kate, que tiene a su familia muy cerca”, añaden. HELLO! ha intentado contrastar esta invitación con el Palacio de Kensington pero de momento han declinado hacer declaraciones sobre los planes de Doria Ragland en una Navidad que se prevé muy especial, ya que estará marcada por la emoción del primer bebé de los duques de Sussex cuyo nacimiento está previsto para la próxima primavera.
De este modo continuarían para Isabel II las Navidades con excepciones, ya que a los 92 años ha comenzado a romper sus propias reglas. Hay que recordar que hasta el año pasado los novios, novias, prometidos y prometidas de sus hijos o de sus nietos no estaban invitados a sus festejos familiares. Es decir, hasta que no estuvieran casados la soberana no contaba con ellos en su mesa de Navidad. Con Meghan vino la excepción, algo lógico al ser de origen estadounidense y encontrarse a kilómetros de sus seres queridos. Este año, también por consideración con el que parece ser su nieto favorito, el príncipe Harry, daría una vuelta de tuerca incluyendo a Doria Ragland en la lista de invitados. Una lista en la que no tienen cabida ni los Middleton ni los Brooksbank ni, entre otros, los hijos de Camilla.
Los movimientos de los últimos meses, en los que el "clan Markle" ha intentado que el escándalo que se inició días antes de la boda de los duques de Sussex no cesara, de modo que han concedido constantes entrevistas, polémicas declaraciones e incluso su medio hermana hizo un viaje a Londres para intentar traspasar las puertas del Palacio de Kensington pertrechada con una careta de su hermana, vienen indicando que el círculo familiar de Meghan se ha reducido a Doria Ragland, por lo que parece lógico que madre e hija estén juntas en estas fechas tan especiales.
Con una mirada dulce, siempre discreta y con la palabra precisa, Doria Ragland desató su propio efecto durante la boda de Harry y Meghan. De hecho para la historia queda la imagen del Príncipe de Gales saliendo de la Capilla de San Jorge con Camilla de un brazo y Doria del otro. Por otro lado, su presencia en el primer acto oficial de Meghan, la presentación del libro y posterior comida que se celebró en los jardines de Kensington el pasado septiembre, fue toda una declaración de intenciones del lugar que los duques de Sussex quieren dar a Doria, es decir, quieren que esté presente no solo en su vida familiar, también quieren contar con ella en los momentos más importantes aunque en el día a día les separe un océano.
Harry, que tristemente sabe lo que sufre perdiendo a una madre, incluyó a Doria Ragland en su círculo desde el principio, dejando incluso que se desataran los rumores al dejarse fotografiar con ella en los Juegos Invictus de Toronto cuando su noviazgo todavía no era oficial. “Su madre es increíble”, dijo el Príncipe en la entrevista que concedió la pareja con motivo de su compromiso matrimonial y ahora parece que ha encontrado en su abuela a una gran aliada para que Meghan tenga una Navidad completa.
Aunque esta controversia quedó atrás con arrepentimiento incluido, el otro “ingrediente” que hizo que las primeras fiestas navideñas de Meghan dieran mucho que hablar fue el controvertido broche que la princesa Michael de Kent llevó al almuerzo prenavideño. La mujer del primo favorito de la Reina llevó en su solapa una pieza original del siglo XVI perteneciente a las joyas Blackamoor, unos diseños que han sido objeto de controversia durante años al considerar que fomentan el racismo y la discriminación. La oleada de críticas no se hizo esperar y un portavoz de la Princesa dijo que estaba apenada y que se planteaba retirar de su joyero dicho accesorio.