Los Duques de Sussex afrontan estos días la última etapa de su inolvidable viaje por Oceanía. Tras la emocionante clausura de los Juegos Invictus en Australia, donde el príncipe Harry y Meghan dirigieron al público unas palabras de lo más inspiradoras, se han dirigido en avión hasta Nueva Zelanda, donde han sido recibidos por diversas personalidades a los que han saludado a la manera típica maorí. Este recibimiento nos ha servido para ver cómo Meghan ha puesto en práctica sus conocimientos de protocolo como Duquesa. Con mucha destreza, la mujer de Harry ha hecho el hongi, el tradicional saludo maorí, la etnia polinésica que llegó a las islas de Nueva Zelanda, posiblemente de islas más al norte como Rarotonga o Tongatapu.
Recibidos como estrellas, los Duques han querido honrar a sus anfitriones saludándoles a la manera tradicional: chocando sus frentes y sus narices, el equivalente occidental a darse la mano. Actualmente este gesto se realiza en reuniones tradicionales maoríes y en las ceremonias protocolarias.
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Meghan demostró su destreza en esta situación y un gran domino del hongi. No en vano lleva tiempo preparándose para este viaje, el primero al extranjero desde que se casó con el nieto de Isabel II. Así, a finales de septiembre, la vimos poniendo en práctica sus conocimientos, demostrando que es una Duquesa que “hace los deberes”. En aquella ocasión y en solitario, inauguró la nueva exposición de la Real Academia de Artes de Londres. La muestra se centró en las regiones de Melanesia, Micronesia y Polinesia, incluyendo Nueva Guinea, la isla de Pascua, Hawái y Nueva Zelanda. Allí se entrenó para hacer el saludo maorí, que le ha venido de perlas para su actual gira por Oceanía. La Duquesa de Sussex supo, entonces, a quién debía saludar con un apretón de manos y a quién con el hongi, presionando la nariz y la frente.
Para su primer día en Wellington, Meghan ha optado por un trench de cuadros, uno de sus estampados preferidos y ha recogido su melena con un moño. Tras la ceremonia de bienvenida, fueron a la residencia de la gobernadora, Dame Patsy Reddy y fueron testigos de danzas típicas que se hicieron en su honor. Nuevamente, los Duques volvieron a saludar a la manera tradicional. Después depositaron una corona de flores en la tumba del soldado desconocido y se dieron un baño de multitudes, donde Meghan recibió varios obsequios y ramos de flores. Acto seguido inauguraron el memorial de guerra del Reino Unido, instalado en el Parque Nacional del Monumento de guerra Pukeahu. El Príncipe también recogió un simpático muñeco hecho con punto, -seguramente un regalo para su futuro bebé -que parece q le encantó a juzgar por su entusiasmo.
Además de recibir el cariño de la gente y conocer las tradiciones más ancestrales de la nación, los Duques también sacaron tiempo para reuniones. Meghan y Harry tuvieron un encuentro con el líder de la oposición Simon Brdiges y su mujer, Natalie, donde la Duquesa lució un favorecedor vestido de largura midi y escote cuadrado.