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El anuncio de la futura paternidad de los Duques de Sussex para la próxima primavera es una excelente noticia que ha recorrido no solo Inglaterra sino medio mundo. Distancia semejante a la que ellos mismos han superado poco después de hacerse pública la información, pues es cuando han tomado tierra en el destino de un viaje oficial que les llevará, hasta el próximo día 31 de octubre, a Australia, Fiji, el reino de Tonga y Nueva Zelanda. Una agenda apretada en la que se podrán ver quizá los primeros modelos premamá de Meghan y se han escuchado las primeras declaraciones del matrimonio tras este estupendo anuncio.
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El viaje ha arrancado en Sídney, una de las ciudades más grandes de Australia, donde les esperaba una gran multitud, vitoreándoles y queriendo recibir un saludo. Uno de los más especiales fue el de Daphne Dunne, una viuda de guerra de 98 años que siempre se “cruza” en el camino del príncipe Harry cuando viaja al país. Se conocieron en 2015, cuando, con espontaneidad, le dio un beso al hijo del príncipe Carlos en la mejilla y luego se encontraron de nuevo en 2017. Esta vez, Harry la vio entre la multitud y le presentó a su mujer. “Felicidades. Creo que es maravilloso. Justo lo que Harry necesita” le dijo a la Duquesa sobre su futuro bebé. “Estoy encantada de conocerla, he oído hablar mucho de usted. Todo cosas buenas” respondió Meghan. “La próxima vez que nos veamos espero que tengamos a nuestro pequeño con nosotros” añadió. El primer marido de la señora Dunne, el teniente Albert Chowne, murió con 25 años en 1945 en Papúa Nueva Guinea.
Con un vestido blanco recto de la diseñadora australiana Karen Gee y un ligero abrigo en tono camel, a Meghan se le comienzan a notar las primeras curvas de su embarazo y su expresión sonriente daba una buena muestra de sus sentimientos. Hizo además un guiño a Diana de Gales con las joyas que escogió para completar su look: unos pendientes con forma de mariposa y un brazalete que pertenecieron a la recordada madre del Príncipe. Parece probable que los pendientes fueran un regalo de su marido Harry, tras conocer que van a ser padres la próxima primavera. Es sin duda un bonito gesto que hace que Diana esté más cerca de ellos que nunca en un momento tan significativo.
Durante una exhibición de danzas tradicionales en la Opera de Sídney –un ensayo de Spirit 2018 de Bangarra Dance Theatre, un reconocido montaje que muestra la cultura del continente-, se pudo ver al matrimonio cogido de la mano y muy cómplice, la viva estampa de la felicidad. En esta muestra descansaron unos minutos, tras haber recorrido algunas zonas del zoo de Taronga, donde inauguraron un centro de Ciencia y Enseñanza y conocieron a los koalas, animales típicos del país que despertaron su curiosidad. Fue esta una primera jornada intensa y llena de emociones en la que además, como Meghan celebró entusiasmada, les dieron los primeros regalos para su hijo: un canguro de peluche y unas pequeñas botas UGG.
El día terminó con un paseo por la bahía de Sidney en barco al atardecer y una recepción en Admiralty House, residencia oficial del gobernador general del país, Sir Peter Cosgrove y su mujer, que ejercieron de anfitriones de la pareja. En este encuentro con diversas personalidades culturales y de otros ámbitos Meghan cambió su atuendo por un vestido verde con falda plisada. Se la pudo ver hablando con una madre que sostenía en brazos a su bebé, dentro de poco será ella la que pose así frente a las cámaras, y cruzando las manos sobre su vientre, uno de los primeros gestos premamá que se habrían captado en esta visita.
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