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Tras su permiso por maternidad, la Duquesa de Cambridge se ha reincorporado este martes a sus compromisos oficiales. Como una mamá más, la esposa del príncipe Guillermo vuelve al trabajo después de que el pasado 23 de abril diera a luz a su tercer hijo, el príncipe Louis. Kate ha reaparecido durante una visita a la Escuela Forestal Sayers Croft y al Jardín Silvestre de Paddington (ambos ubicados en Londres). Fue hace unos días cuando el Palacio de Kensington anunció que cinco meses después del alumbramiento retomaría su agenda oficial.
Catherine ha llegado a la cita pasadas las dos de la tarde (hora española). Muy sonriente, ha ido saludando a las personalidades y a los niños que la han recibido a la entrada de la escuela. La Duquesa ha reaparecido con un look informal compuesto por botas altas en color marrón, a juego con sus pantalones y una cazadora en verde militar, perfecta para la cita. También ha llamado la atención que ha recortado su melena y la ha aclarado ligeramente. Tras los saludos pertinentes, Catherine ha hecho un recorrido por las instalaciones del recinto. Este primer acto oficial nos ha dejado imágenes de lo más tiernas y maternales de la Duquesa, que se ha mostrado encantada con el recibimiento de los más pequeños.
Más de 5.000 escolares de todo Reino Unido visitaron el año pasado esta escuela, dando a los niños del centro de la capital inglesa una oportunidad para aprender e interactuar con el mundo natural. La Duquesa de Cambridge ha conocido de primera mano el impacto que este proyecto tiene en el bienestar físico y emocional de lo más pequeños en el que participan con actividades al aire libre, algo que tiene muchos beneficios en la salud mental, el bienestar y el desarrollo de los niños.
La pasada primavera la Casa Real confirmó que la Duquesa disfrutaría el verano y no regresaría a sus obligaciones hasta el otoño, aunque entonces no se sabía la fecha exacta de su regreso. En este tiempo, además de atender al pequeño Louis, ha estado cuidando a sus dos hijos mayores: el príncipe George, de cinco años, y la princesa Charlotte, de tres.
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Con la visita a Paddington se da el pistoletazo de salida a un otoño que estará cargado de trabajo para la Duquesa y de actos familiares. En dos semanas, el 12 de octubre, la veremos con el resto de la Familia Real en Windsor donde se celebrará la boda de Eugenia de York, prima de su marido, y Jack Brooksbank. Es probable que acuda a grandes eventos de la Corona como el Festival Real y la ofrenda floral en el cenotafio durante el Día del Recuerdo, que tendrá lugar el 1 de noviembre. Antes, el 23 y 24 de octubre, el Reino Unido recibirá a Guillermo y Máxima de Holanda durante un viaje oficial, en el que es posible que Catherine se una a ellos en alguna recepción.
Después de su baja, se la volverá a ver apoyando varias de las causas de la Fundación Real en la que además de ella, forman parte el Duque de Cambridge y los Duques de Sussex, que están especialmente involucrados con los problemas mentales y la infancia.
La baja maternal hizo que la Duquesa no pudiera acompañar a Guillermo de Inglaterra durante su visita por Jordania, Isarael y los territorios ocupados de Palestina el pasado junio. Esta visita hubiera sido muy especial para Catherine pues vivió en la capital jordana durante tres años junto a su familia ya que su padre fue destinado allí por motivos laborales y de hecho se mostró “muy molesta”, en palabras del propio príncipe, por no haber podido desplazarse junto a él a una tierra a la que guarda un gran cariño.
Sin embargo, durante este permiso para cuidar a su pequeño, hemos podido ver a la Duquesa en algunos actos de carácter menos institucional. Así, fue una de las encargadas de llevar a sus hijos en el cortejo nupcial durante la boda de los Duques de Sussex, que tuvo lugar casi un mes después del nacimiento del pequeño Louis, también la vimos en el desfile Trooping the Colour o en un partido de polo, mostrándonos su lado más maternal.
Tras el nacimiento del príncipe Louis, hubo un acto en el que Catherine brilló con luz propia. El 9 de julio la capilla real del Palacio de St. James acogió el bautizo del pequeño de los Cambridge y la Duquesa cautivó a todos deshaciéndose en atenciones y caricias hacia su hijo pequeño, al que sostuvo en sus brazos durante toda la ceremonia.
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