No se les esperaba pero, finalmente, han aparecido. Los duques de Cambridge se han dejado ver junto a la reina Isabel II de Inglaterra en la iglesia de Crathie, cerca de Balmoral, lugar en el que la Soberana disfruta de sus vacaciones estivales. Lo cierto es que es una de las escasas apariciones públicas de la Duquesa desde que dio a luz a su tercer hijo, el pasado mes de abril. Desde entonces, ha acudido a contados actos oficiales, tales como la boda real de Meghan Markle y el príncipe Harry, el 19 de mayo, el bautizo de Louis de Cambridge, la final de Wimbledon o el tradicional desfile Trooping the colour. De ahí que fueran pocos los que esperaban la visita de los Duques a Escocia.
Elegante y sobria. Así es como aparecía la esposa de Guillermo de Inglaterra a su salida de Balmoral. Lucía un traje de chaqueta gris que combinó con un tocado negro, un bonito recogido en el cabello y pendientes de diamantes y perlas. Delante, el duque de Cambridge. Junto a ella, y también en la parte trasera del vehículo que las trasladaba hasta Crathie, se encontraba Isabel II, ataviada con un traje azul claro con sombrero a juego y detalles anaranjados.
Las dos, muy sonrientes, derrochando complicidad y evidenciando la buena relación que existe entre ellas, coincidieron con el príncipe Eduardo y su esposa, Sophie Rhys-Jones, que acudieron con sus hijos; Carlos de Inglaterra, y la princesa Ana y su familia. Los grandes ausentes en esta ocasión fueron los tres hijos de los duques de Cambridge, que permanecieron en el interior de la residencia de Balmoral, así como los duques de Sussex, que se incorporarán a la agenda oficial a mediados de esta semana y que ya visitaron a la Monarca a principios del mes de agosto.
Meghan y Harry se unen a Isabel II para sus vacaciones más especiales
Los duques de Cambridge se encuentran en Reino Unido desde hace ya unos días, tras disfrutar de unas vacaciones en la isla caribeña de Mustique, algo que se ha convertido en toda una tradición en sus vidas. A su regreso, la familia al completo pasó unos días de descanso en Anmer Hall, la casa de campo que poseen en el condado de Norfolk y que se convirtió en su primer hogar antes de mudarse al Palacio de Kensington. Allí han disfrutado del aire libre, mientras que sus tres hijos han podido jugar y distraerse, así como aprender a respetar la naturaleza, gracias a la gran cantidad de animales con los que cuenta la propiedad y entre los que destacan los pollos, las gallinas, los hámsters y los perros.
Ya en Balmoral, George de Cambridge ha debutado en la tradición familiar de la caza de grouse, una costumbre escocesa en la que las perdices son las grandes protagonistas. Agosto es el mes en el que comienza la temporada de caza de este animal y es por eso por lo que el Príncipe pudo ser testigo, por primera vez, del triunfo cinegético de su padre, el duque de Cambridge, quien por cierto comparte con su hermano Harry su afición por la caza. Posteriormente disfrutaron de un almuerzo al aire libre.