Los Duques de Sussex se unen a la reina Isabel para pasar unas especiales vacaciones juntos
La Duquesa de Sussex ya no es Meghan Markle a secas, y sus primeras vacaciones de verano como esposa del príncipe Harry no serán las acostumbradas hasta ahora a secas: exóticas, paradisíacas, lejanas… Serán también las de una Windsor. Todo apunta a que la pareja de recién casados pondrá rumbo al Castillo de Balmoral para pasar unos días con la reina Isabel, abuela del Príncipe, como es habitual para los miembros de la Familia Real británica durante la temporada estival. A menudo en esta época del año hijos, nietos y bisnietos de la soberana se reúnen en su propiedad escocesa para disfrutar de un tiempo de calidad juntos dando un paseo, haciendo un pícnic o preparando una barbacoa en la finca. Isabel II ha cerrado la agenda oficial antes que nadie y ya se encuentra en Escocia tomando un respiro antes de volver abrir las puertas de su residencia a los suyos como cada estío. Esta primera semana de agosto la monarca con más años de servicio inspeccionará el batallón del Real Regimiento de Escocia, que proporcionará seguridad durante la estancia de los miembros de la realeza.
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Meghan regresará a Escocia por primera vez como Duquesa de Sussex después de su boda real con el príncipe Harry el pasado mes de mayo. El príncipe Harry llevó a su novia a las Tierras Altas escocesas el pasado mes de septiembre, justo antes de que se anunciara su compromiso oficialmente. Los recién casados podrían asistir a Los Juegos de Braemar en Royal Deeside, el magnífico valle del río Dee, en el corazón de Escocia, considerados como el evento más relevante del calendario de los Los Juegos de Highlands. Los miembros de la Familia Real británica suelen estar presentes para la ocasión, que siempre se celebra el primer sábado de septiembre. La reina Isabel también presenta el llamado Ghillies Ball, que es un baile muy esperado durante su estancia.
Los 50.000 acres (alrededor de las 20.000 hectáreas) del recinto del castillo de Balmoral ofrecen a la reina Isabel y el Duque de Edimburgo la privacidad que buscan para disfrutar de un verano lejos del ojo público. La princesa Eugenia confesó en una ocasión que la reina Isabel era “la más feliz” en la histórica residencia: “Es el lugar más hermoso del mundo. Creo que la abuela es la más feliz allí”. Aunque pudiera parecer un lugar tranquilo, los “paseos, pícnics, perros, muchos perros; siempre hay perros y personas que entran y salen todo el tiempo” desmienten de ipso facto la primera impresión. “Todos estamos allí. Creo que es una buena base para que la abuelita y el abuelo vayan, para que los veamos allí donde solo tienes espacio para respirar y correr”.
El castillo Balmoral no es lugar de veraneo real de ahora; ha sido la residencia estival de la Familia Real británica desde que el príncipe Alberto la comprara para la reina Victoria en 1852 por 32.000 libras esternilas (alrededor de los 36.000 euros), habiendo sido arrendada por primera vez en 1848. La propiedad sigue siendo de propiedad privada de la Reina, al igual que Sandringham, y no cuenta con financiación pública. De allí guarda grandes recuerdos de su niñez el príncipe Harry, algunos relacionados con la inolvidable Diana de Gales, que revivirá al lado de su princesa.