Los ‘Cuatro Fabulosos’ o el ‘Dream Team’ de la Familia Real británica. Llámalos como quieras pero sus apariciones generan la máxima expectación, ya sea en actos institucionales o familiares como el de este lunes, durante el bautizo del príncipe Louis. La cita de este martes era en la Abadía de Westminster para conmemorar el centenario de la Royal Air Force y la sorpresa la puso la duquesa de Cambridge - técnicamente de baja por maternidad ya que dio a luz hace once semanas-, que llegó al servicio religioso junto al príncipe Guillermo y a los duques de Sussex. No se le esperaba en un acto oficial hasta el próximo otoño. ¡No hay tiempo que perder!
El príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles, el príncipe Harry y Meghan, el príncipe Eduardo y la condesa de Wessex, la princesa Ana y el vicealmirante Sir Tim Laurence, los príncipes Michael de Kent, el duque de Gloucester… En definitiva, casi la Familia Windsor al completo llegó a las puertas de la abadía, donde fueron recibidos por el Deán antes de una ceremonia que reunió a más de 2.200 personas, para un acto de la máxima solemnidad presidido por la Reina, que un día antes sorprendió siendo al ser la gran ausencia del bautizo del príncipe Louis.
Repitiendo el protocolo que ya vimos durante las pasadas celebraciones del Día de la Commonwealth en la Abadía de Westminster, los primeros en comenzar la ronda de saludos fueron los duques de Cambridge y tras ellos los recién casados Harry y Meghan. Hay que recordar que a los Duques de Sussex les esperan en unas horas en Dublín para un viaje oficial, el primero a Irlanda, que durará dos días y que forma parte de esas citas ineludibles que va a realizar la pareja durante sus primeros meses como marido y mujer. Unos meses en los que la duquesa se está enfrentando a un sinfín de primeras veces, desde el primer acto en solitario con la Reina hasta su primer bautizo real.
Los príncipes Guillermo y Harry -los nietos de la Reina son la cuarta generación de pilotos de la RAF de la monarquía británica, en el caso del mayor recibió sus alas de manos de su padre, el príncipe de Gales, hace ya diez años después de completar un curso intensivo de vuelo de 12 semanas- acudieron con el uniforme oficial del cuerpo que este martes celebraba los cien años, mientras Meghan apostó por un look en total el negro de Dior, con sombrero de Stephen Jones, y Kate eligió un vestido azul pastel de Alexander McQueen y tocado de Sean Barrett, que daba todo el protagonismo al broche que lucía: el brillante escudo de la RAF. Se trata del Dacre Brooch, el máximo galardón que una cadete femenina puede llevar, un regalo que le hicieron los cadetes aéreos cuando asumió el mecenazgo en el año 2015 y que en varias ocasiones ha lucido con orgullo. Este gesto también lo repitieron, aunque con distintos tipos de insignias honorarias la condesa de Wessex, la duquesa de Cornualles y la princesa Ana, que portaron alas en sus solapas, mientras que la Reina apostó por su broche Jardine Star de diamantes, uno de los más destacados del cofre real. Los más observadores repararon en que Meghan era la única “dama Windsor” sin broche o insignia y es que solo lo tienen aquellas mujeres que ocupan un puesto honorario en las bases o escuadrones de la Real Fuerza Aérea británica. Si tenemos en cuenta que el príncipe Harry sirvió al Ejército durante diez años, incluidas dos misiones a Afganistán, es previsible que más pronto que tarde la exactriz reciba este tipo de reconocimiento.
Tras la ceremonia, con las campanas sonando y el ruido de flashes fotográficos, el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles abandonaron la abadía y tras ellos los duques de Cambridge y los duques de Sussex. Algunos de ellos ponían entonces rumbo al Palacio de Buckingham para contemplar desde allí el desfile aéreo en honor a la Reina, que con este acto ha inaugurado una semana marcada por la polémica visita de Donald Trump que tendrá lugar el 13 de julio y por la que ya en Londres se multiplican las protestas. El mandatario estadounidense se reunirá con la soberana y con Theresa May, presente también en el acto de este martes en la Abadía de Westminster.
En el paseo The Mall, repleto de británicos que no quieren perderse la exhibición, frente al Palacio de Buckingham ha comenzado el desfile militar en el que han participado, entre otros, más de 103 aviones. Isabel II ha puesto en valor a la RAF que "en los últimos cien años ha ayudado a proteger la seguridad en muchas partes del mundo" y ha pronunciado un emotivo discurso en el que nombró a su padre, el rey Jorge VI. "Recuerdo la batalla de Gran Bretaña. En 1918, mi padre sirvió junto a uno de los fundadores. Esa tradición familiar continúa hoy. La RAF se ha ganado un lugar en el corazón de nuestra nación. Les deseo la mayor de las fortunas para los próximos cien años de servicio".