Con una pequeña representación de ambas familias y de los amigos más cercanos de los Duques de Cambridge, el príncipe Louis de Cambrige ha recibido el primer sacramento en la más estricta intimidad y privacidad. Los apenas treinta invitados que han asistido al evento desfilaban por el pasillo que dirigía a la capilla real del palacio de St. James.
Los padrinos y la familia Middleton eran los primeros en llegar. Los seis elegidos por el príncipe Guillermo y Catherine para ser los guardias espirituales de su tercer hijo desfilaban en una primera tanda de invitados. Así, podíamos ver a Hannah Gillingham, con vestido azul pastel, y su marido Robert Carter, con corbata azul; Lucy Middleton, prima de la Duquesa, lucía un vestido estampado; y Harry Aubrey-Fletcher, uno de los amigos más íntimos del hijo mayor del Príncipe de Gales, con corbata roja.
Muy elegantes, aparecían Guy Pelly, que forma parte del círculo más cercano de amigos de Guillermo y Harry desde su adolescencia, y su mujer, Willow Elizabeth, que vestía un top ajustado y falda tableada en color rosa pastel con zapatos y tocado a juego. Tras ellos, el hermano de Catherine, James Middleton, con traje azul y chaleco a juego que combinó con corbata azul claro, y Lady Laura Meade, amiga íntima de la Duquesa de Cambridge.
Los abuelos maternos llegaban muy sonrientes. Carole Middleton escogía para la ocasión un vestido de manga tres cuartos en color verde menta que combinó con tocado a juego. A unos pasos, Pippa Middleton y su marido, James Matthews, que debutaba en un bautizo real. La hermana de la Duquesa de Cambridge, a la que ya se le nota el embarazo, apostaba por un vestido camisero en color azul cielo firmado por Alessandra Rich y tocado del mismo tono con el que lucía de lo más elegante.
Tras ellos, era el turno de la familia paterna y de los grandes protagonistas del día. Carlos de Inglaterra y la duquesa de Cornualles, muy elegante con un vestido de manga tres cuartos por debajo de la rodilla en color hueso firmado por la diseñadora Fiona Clare, eran los primeros en desfilar hasta la puerta de la capilla, donde les esperaba para darles la bienvenida el arzobispo de Canterbury, el Reverendo Justin Welby.
Les seguía el príncipe Guillermo, que aparecía junto al príncipe George y la princesa Charlotte. La Duquesa de Cambridge, muy guapa con un nuevo diseño de Alexander McQueen en color blanco roto que combinó con sombrero de Jane Taylor, aparecía sosteniendo en sus brazos al príncipe Louis, que llegaba a la capilla dormido. Cabe recordar que el modista inglés se ha convertido en el preferido de Catherine para estos eventos, pues ha confiado en él en los bautizos de sus tres hijos.
Cerraban el desfile de invitados el príncipe Harry y Meghan Markle, que aparecían una vez más dados de la mano. Meghan, perfecta con un diseño de Ralph Lauren en color verde militar y tocado de Stephen Jones, acudía por primera vez a un bautizo de la Familia Windsor, una ceremonia que no le ha resultado ajena ya que ella fue la última, el pasado marzo, en ser bautizada en el Palacio de St. James.