Si hay una china en el zapato de los Windsor ese es Thomas Markle. El padre de la duquesa de Sussex no deja de avivar la polémica semana tras semana con nuevas declaraciones. Con las llamativas confesiones que dio hace unos días en Good Morning Britain, el exdirector de iluminación parece que se alejó todavía más de palacio, sin embargo, lejos de arreglarlo, ahora vuelve a la carga y no duda en usar el próximo viaje oficial de Donald Trump a Inglaterra para reivindicar su visita al reino.
“Si la Reina tiene la voluntad para conocer a nuestro presidente arrogante, ignorante e insensible, no tiene excusas para conocerme a mí. Ni siquiera estoy cerca de ser tan malo”, ha dicho Thomas Markle a TMZ, el único medio estadounidense al que ha ofrecido declaraciones hasta la fecha. Estas palabras llegan días después de que la Casa Blanca confirmara que Donald Trump realizará su primera visita oficial al Reino Unido el 13 de julio.
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El padre de Meghan ha confesado al citado medio que desde que habló para Good Morning Britain no ha vuelto a tener comunicación con palacio, ni si quiera con su hija que está volcada en sus nuevas funciones como duquesa de Sussex. Thomas Markle, que sigue con la intención de visitar a la pareja cuando sea posible para conocer por fin a su yerno, considera que le están “castigando” por sus indiscreciones. Si fuera así, su viaje hasta el Palacio de Kensington podría demorarse, a Sarah Ferguson le ha costado redimirse casi dos décadas.
Efectivamente, Thomas Markle se compara con Donald Trump y no ahorra en adjetivos para ello, añadiendo así algo de leña a un fuego que ya ardía solo. Esta primera visita oficial del Presidente de los Estados Unidos al Reino Unido llega con meses de demoras y complicaciones. Es más, el hecho de que se trate de una visita de trabajo y no de un viaje de Estado (con los honores y el despliegue que esto implica) también indica el grado de importancia que se quiere otorgar a este encuentro.
La polémica con Trump
Aunque obviamente la figura de Thomas Markle no tiene relevancia alguna en cuestiones de Estado, a pesar de que sus palabras estén dando la vuelta al mundo, no sienta las mejores bases de cara a un futuro encuentro entre los duques de Sussex con los Trump. No hay que olvidar que el príncipe Harry representa a la Reina fuera del país y que participa en el recibimiento que el Reino Unido brinda a los jefes de Estado extranjero, así lo hizo durante el viaje de Estado de don Felipe y de doña Letizia, a los que acompañó a uno de los actos programados y con los que compartió banquete de Estado.
Aunque por supuesto la mujer de Harry no es responsable de las declaraciones públicas que viene haciendo su familia paterna desde que se hizo pública su relación y está volcada en aportar lo mejor de ella a la Corona británica que ahora representa, esta no es la primera vez que una polémica la relaciona en cierto modo con Trump. Durante sus años como actriz y activista la ahora duquesa de Sussex mostró sus inclinaciones políticas y estas, que quedaron escritas en sus redes sociales, eran muy poco proclives a la llegada de Trump a la Casa Blanca. Esta etapa ya ha quedado atrás, ya que como miembro de la familia Windsor sus posturas políticas no tienen cabida.
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Tampoco se puede olvidar el revuelo que despertó en el Reino Unido la posibilidad de que Harry y Meghan invitaran al matrimonio Obama a su boda en calidad de amigos personales del Príncipe. Un asunto que se zanjó con la discreción que caracteriza a los Windsor pero sobre el que medios británicos publicaron que el Gobierno habría desaconsejado la presencia de Barack y Michell Obama en el enlace con el fin de evitar un nuevo roce con Trump. Un roce que en ese momento ya se había producido de forma evidente, ya que el mandatario estadounidense y la Primera Ministra británica se habían enzarzado en una polémica después de que él retuiteara vídeos del partido minoritario de ultraderecha Britain First.