Ese romántico momento de los Duques de Sussex que nos toca el corazón

Por Martín Álvarez C.

Cada nueva aparición del duque y de la duquesa de Sussex arranca más suspiros que la anterior, y eso es mucho decir cuando parecía que las altas cotas de romanticismo no se podrían rebasar después de haber asistido a una boda real digna de un cuento de hadas. Pero siempre hay más y su debut en las reales carreras de Ascot deparaba a los admiradores de los recién casados nuevos momentos de esos que nos tocan el corazón. El príncipe Harry, que ha sido un habitual de la tradicional cita hípica en el pasado, fue una vez más un perfecto caballero con su amada: su mentor en otro nuevo compromiso oficial de su mujer y su sol y su sombra en otra nueva ocasión en la que ella (y solo ella: ni los Windsor, ni la famosa competición ecuestre, ni el desfile de aparatosos sombreros) fue la sensación.

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Y así, pegados el uno al otro, discurrieron frente a la multitud para hacer entrega de su trofeo al jinete Frankie Dettori, el flamante ganador de la carrera St James's Palace Stakes. Ni que decir tiene que los seguidores de la pareja estaban felices como siempre de verles de nuevo juntos en público, pero las redes sociales comenzaron a palpitar como pocas veces cuando sus usuarios descubrieron este momento (de la foto de arriba) entre los Duques de Sussex. Un fotógrafo captó una instantánea en la que el príncipe Harry aparecía dando un paso hacia adelante para estrechar la mano de uno de los ganadores, pero en la que daba la impresión de que no podía soltar la mano de la duquesa Meghan ni por un solo instante. Se proyectaba para recibir al campeón, pero se resistía a abandonar a su amor extendiendo la otra mano para aferrarse al contacto de su esposa con la punta de los dedos. La imagen ha sido muy compartida y muy comentada:  “Harry, que no quiere soltar la mano de Meghan... ¡qué lindos son!”, apuntaba alguien en Instagram, mientras que otro escribía simplemente: “Las manos” acompañando el sucinto mensaje con muchos emojis de corazón.

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Meghan, que asistía a otra de sus primeras veces como Duquesa de Sussex, también se mostraba locamente enamorada de su príncipe en esta jornada en el hipódromo, que casualmente cayó justo un mes después de su boda real del pasado 19 de mayo. La Duquesa optó en esta nueva ocasión por un vestido blanco de Clare Waight para Givenchy, que cumplía todos los requisitos del estricto código de vestimenta de Ascot, y un sofisticado sombrero bicolor de Philip Treacy, que dejaba entrever su pelo negro recogido en un moño. Harry de Inglaterra era un apuesto Príncipe de chaqué, sombrero de copa y paraguas. Eran la imagen de la elegancia británica, pero sobre todo eran la imagen del amor.