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Con tantas buenas noticias da gusto empezar el fin de semana. La primera es que los Duques de Sussex están de vuelta de su luna de miel. Los flamantes recién casados han regresado a Londres y sin más dilación el príncipe Harry ha comenzado a trabajar. La pareja se encuentra de nuevo en casa, después de haber disfrutado en el paraíso de su viaje de novios, cuyo destino exacto tras muchas especulaciones sigue siendo un secreto bien guardado. Así que tras probar las mieles del amor allí donde estuvieran se disponen a comenzar aquí en su residencia en el Palacio de Kensington su nueva vida como marido y mujer.
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Millones y millones de admiradores en todo el mundo asistieron el pasado 19 de mayo al final feliz de cuento de hadas de los Duques de Sussex. Ahora que el estrés de los preparativos nupciales ha pasado y que su boda real ha resultado insuperable, la pareja estará un poco más relajada, pero solo un poco más: los compromisos oficiales se les acumulan. De hecho, apenas había regresado a su residencia en el Palacio de Kensington y el príncipe Harry ya estaba abriendo las puertas de palacio a una de sus causas más queridas. Dio la bienvenida a la organización benéfica On Side Youth Zones para celebrar su cena de gala de verano, que fue presentada por el escritor y humorista David Walliams, que según los invitados hizo reír a la sala presentando al Príncipe como “¡un hombre recién casado!”.
La segunda buena noticia ya se había anticipado y es que el regreso de la pareja a Londres sería con varios días de antelación a las celebraciones oficiales de cumpleaños de la reina Isabel, conocidas como Trooping the Colour, en el Palacio de Buckingham. El príncipe Harry y su mujer -aquí llega la tercera- se unirán este señalado sábado a los miembros de la Familia Real británica, incluidos los Duques de Cambridge y sus dos hijos mayores, el príncipe George y la princesa Charlotte, para festejar el aniversario de Isabel II. Una colorida jornada en la que los Windsor desfilan en varios carruajes tirados por caballos desde el Palacio de Buckingham, a lo largo de The Mall hasta Horse Guards Parade, Whitehall y viceversa.
Cuando Su Majestad la reina Isabel llega Horse Guards Parade, recibe el saludo protocolario y a continuación pasa revista a las tropas. Entonces la banda interpreta música de marcha mientras la bandera del regimiento -o color- es llevada por los rangos. Isabel II vuelve en carroza al Palacio de Buckingham a la cabeza de sus guardias antes de que la Familia Real británica al completo se reúna en el balcón de palacio para saludar a las multitudes y observar la espectacular exhibición aérea de la RAF. Ni que decir tiene que los seguidores de los Windsor esperan con impaciencia la primera aparición de la duquesa Meghan en esta gran celebración.
Por supuesto, a la feliz pareja se le concedieron algunos raros momentos de privacidad durante su viaje de novios después de la multitudinaria boda real, pero aún así nunca desconectaron del todo de sus deberes oficiales. Este lunes por la mañana el príncipe Harry anunció que sus quintos Juegos Invictus tenían nueva sede anfitriona. El Príncipe, patrocinador de la Fundación Juegos Invictus, emitió un comunicado cuando aún se encontraba de luna de miel para dar la buena nueva: “Estoy encantado de anunciar que La Haya asume el desafío de ser la anfitriona de la quinta edición de los Juegos Invictus en mayo de 2020. La ciudad holandesa pronto se convertirá en motivación para cientos de militares que se valen de los Juegos Invictus para inspirar su recuperación de lesiones físicas y mentales”.
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