'Casualidad' y 'magia', así se consiguió la imagen oficial más íntima de Harry y Meghan
El fotógrafo Alexi Lubomirski cuenta como la Duquesa se 'desplomó' entre las piernas del Príncipe
El otro príncipe de la boda de los duques de Sussex, el fotógrafo Alexi Lubomirski -príncipe por sus orígenes y por razones obvias- se ha convertido en toda una revelación desde que fue el elegido por Harry y Meghan para captar las imágenes más importantes de su historia de amor: primero las de su compromiso, de un estilo nunca visto en una pareja real, y luego los retratos oficiales de su boda. Ante el objetivo de Lubomirski todo parece casual y ahora él mismo revela el secreto.
¿Cómo consiguió la imagen más personal de la pareja?
Aunque en las tres imágenes oficiales que se distribuyeron después de la boda hay un sinfín de detalles y mensajes ocultos –algunos solo para los más observadores como ese sofá en el que Harry ya había posado con Diana, esa gama de colores milimétricamente coordinada o el gesto de la duquesa de Cambridge casi "camuflada" para ceder todo el protagonismo a la novia-, hay que reconocer que la imagen en blanco y negro de la pareja sentados en las escaleras de la terraza Este del Castillo de Windsor, después del recorrido por las calles y antes de la recepción que ofrecía la Reina para los 600 invitados, es la que quizá mejor transmita la personalidad y el mensaje de la pareja.
Es precisamente de esta fotografía sobre la que se ha pronunciado el fotógrafo. “Salimos y tuvimos aproximadamente tres minutos y medio para hacer algunos disparos porque el tiempo estaba medido”, afirma Lubomirski en unas declaraciones que recoge Daily Mail y en la que asegura que esa imagen se produjo de forma natural, ya que la pareja estaba “exhausta” y la Duquesa se había “desplomado” sobre el Príncipe.
“Fue uno de esos momentos mágicos que ocurre cuando estás fotografiando y ves que todo encaja”, explica el fotógrafo del Reino Unido descendiente de la familia Lubomirski: un príncipe de Polonia. “Les dije: ‘antes de entrar siéntate en esas escaleras’ (hay que recordar que son las mismas escaleras en las que la Reina posó ante Annie Leibovitz) y ella simplemente se desplomó entre su piernas y hubo un momento en el que se echaron a reír porque ellos estaban exhaustos, pensando que finalmente iban a terminar. Fue uno momento precioso”, añade Alexi Lubomirski.
El resultado de su ojo audaz es una imagen íntima, romántica y cómplice que transmite esa aura de naturalidad y cercanía por el que la pareja ha apastado desde el principio. Desde esa primera aparición de Meghan en vaqueros hasta los invitados anónimos de su boda, pasando por las muestras de cariño en público, los moños despeinados o la decisión de usar sus nombres de pila durante la ceremonia religiosa. Todo es casual, todo fluye y todo funciona, ya que en un tiempo récord Harry y Meghan se han convertido en la pareja de moda y en el referente de las nuevas generaciones de la monarquía europea.
En definitiva, a pesar de estar exhaustos por los preparativos y cambios de última hora (la ausencia de Thomas Markle y el revuelo mediático generado en torno al padre de Meghan no tuvo que ser fácil), el resultado de ese "momento mágico” es un retrato oficial fuera de lo común.
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