Faltan 18 días para la boda real del año. Algo más de dos semanas en las que los que Meghan Markle y el príncipe Harry ultiman los preparativos y, al mismo tiempo, se afanan en ponerse a punto para lucir perfectos en su gran día. Para ello, la exactriz no ha necesitado cambiar apenas sus hábitos, pues practica ejercicio desde hace tiempo y, además, su alimentación se caracteriza por ser sumamente sana. En cuanto a su prometido, ha comenzado a seguir los pasos de Meghan y, gracias a sus consejos y a su apoyo, ha perdido ya cerca de cuatro kilos. ¿Cómo lo ha conseguido?
Para empezar, el Príncipe ha comenzado a hacer deporte. Concretamente, se ha apuntado a un exclusivo gimnasio en Chelsea, tal y como asegura el rotativo Daily Mail, que cita a una fuente cercana a la pareja. "Meghan ha cambiado completamente el estilo de vida de Harry. Ha perdido ya casi cuatro kilos, lo cual es mucho para alguien tan delgado como él", afirma esta persona en conversación con el citado medio. Y es que la futura duquesa practica Pilates con regularidad y suele correr por los jardines de Kensington cercanos a la casa que comparte con su pareja. En este sentido, cuenta además con la supervisión y ayuda de su propia madre, Doria, que es instructora de yoga.
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En cuanto a la alimentación, el príncipe Harry también ha modificado sus hábitos de una manera sorprendente. Así, ha eliminado los carbohidratos y los alimentos procesados como la pizza, las hamburguesas y los kebabs y los ha sustituido por la quinoa, como ingrediente principal, la col y los zumos naturales. "Han comprado un exprimidor de primera calidad y continuamente hacen zumos y batidos de frutas y verduras", afirma la fuente, que añade que la intención de Meghan es, asimismo, que su prometido deje de comer carne. Algo que el hijo del príncipe de Gales logrará no sin esfuerzo, ya que siempre ha manifestado su predilección por la comida rápida, especialmente por el pollo frito del KFC.
Meghan, quien en su desaparecido blog The Tig confesó hace un tiempo su afición ocasional por las patatas fritas, el helado y el vino, también ha logrado que su futuro marido deje de fumar y opte por bebidas sin alcohol. Poco a poco, la exactriz ha inculcado a Harry, como si de una dietista se tratara, sus hábitos saludables, entre los que se encuentra el sashimi y las ensaladas como comidas principales, los desayunos a base de agua con limón y avena con plátano y miel, y las tostadas, tortillas, queso, marisco y verduras como básicos de su dieta.
Meghan, quien trata de mantener una alimentación vegana entre semana, no se olvida de incluir en su nevera ingredientes como el hummus, las zanahorias, la leche de almendras y el pudin de semillas de chía que suele elaborar con frecuencia. Eso sí, ha eliminado de su régimen la cafeína, tal y como reconoció recientemente. "Es fácil caer en la trampa de apresurarme a tomar un café a las cuatro de la tarde. Pero su mezclo un poco de manzana, col rizada, espinacas, limón y jengibre en mi Vitamix y me lo llevo a trabajar creo que es mucho mejor que una taza de expreso".