Fue hace poco más de seis meses cuando Meghan Markle y el príncipe Harry se dejaron ver en público juntos por primera vez. Ocurrió durante la celebración de los Juegos Invictus en Canadá. El nieto de Isabel II y su prometida llegaron de la mano y muy sonrientes, acaparando todas las miradas y todos los flashes, para presenciar el partido entre Australia y Nueva Zelanda de tenis en silla de ruedas. Medio año después, los novios -contraerán matrimonio el próximo 19 de mayo en el Castillo de Windsor- han reaparecido en un acto con motivo de los mismos juegos, muy queridos por el príncipe Harry. Esta vez, eso sí, su intención era asistir a las pruebas del equipo que Reino Unido está llevando a cabo de cara a la edición de este año, que se celebrará en Sydney el próximo mes de octubre, cinco meses después del enlace real.
La foto 'royal' más esperada: Harry y Meghan juntos
Los entrenamientos están teniendo lugar en la Villa de Entrenamiento Deportivo de la Universidad de Bath, localidad situada a 156 kilómetros al oeste de Londres, y es precisamente allí donde Meghan y Harry se han dejado ver este viernes. La pareja, muy sonriente, ha llegado al lugar cerca de la una de la tarde hora local. Meghan, con un look total black compuesto por el chándal corporativo de los Juegos Invictus, un abrigo y la melena suelta, mientras que su pareja ha lucido un estilismo igualmente casual. Ambos han optado por ir cómodos a esta cita. De hecho, nada más llegar se han desplazado a pie por la zona deportiva hasta llegar al recinto desde el que han seguido de cerca las pertinentes pruebas físicas realizadas por los aspirantes que tratarán de formar el equipo de Reino Unido de atletismo, entre otras disciplinas. Además, el hermano del duque de Cambridge y su futura esposa han podido conocer a los jugadores de voleibol sentado, que se han entrenado durante largo rato en las instalaciones de Bath.
Meghan y Harry han conversado asimismo con los futuribles competidores de estas disciplinas, cuyas pruebas se realizarán durante cuatro días gracias a la gestión y la organización de Help for Heroes, al Ministerio de Defensa, la Royal British Legion y el Endeavour Fund y que permitirán a más de 400 militares y veteranos optar a una de las 72 plazas disponibles para formar parte del equipo de Reino Unido.
Como patrón de los Juegos Invictus, el príncipe Harry está muy implicado en la organización de este evento deportivo que él mismo fundó en 2014 en Londres para ayudar a hombres y mujeres veteranos de guerra enfermos, heridos o lesionados, así como a sus familias. La intención del nieto de Isabel II era honrar a estos héroes, de ahí que Harry nunca haya faltado a su puntual cita con la apertura de este acontecimiento, tanto en Londres, como en Orlando en 2016 y en Toronto el pasado año. Por eso se espera que tanto él como Meghan Markle puedan viajar a Australia para asistir a la edición de 2018, que tendrá lugar del 20 al 27 de octubre. De hacerlo, ambos acudirán ya como marido y mujer y todo apunta a que volverán a levantar la misma expectación que en cada uno de sus actos, a los que acude siempre una multitud deseosa de ver a la pareja de cerca.
El acto de este viernes supone la reaparición pública de Meghan y Harry, que fueron los grandes ausentes de las celebraciones de Pascua de la Familia Real británica. Ninguno de los dos se dejó ver en el servicio religioso que tuvo lugar el Domingo de Resurrección en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, el mismo escenario en el que se darán el 'sí, quiero' dentro de un mes y medio. La prometida del Príncipe se encontraba en Los Ángeles, lugar al que viajó para reunirse con su madre, Doria Ragland, y proseguir con los preparativos de su inminente enlace, una ceremonia en la que aún es una incógnita la presencia de Thomas Markle, el padre de la novia. El Palacio de Kensington todavía no ha confirmado si será él o será la propia Doria quien lleve al altar a Meghan en el día más importante de su vida.
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