La policía británica investiga una carta sospechosa que recibieron el pasado 12 de febrero el príncipe Harry y su prometida, Meghan Markle, que contenía un polvo blanco y que, en un principio, se temió que pudiera ser ántrax. Los trabajadores del Palacio de Kensigton, donde reside la pareja, interceptaron el paquete que en su interior contenía esa sustancia blanquecina y se lo entregaron a la policía, según los medios de comunicación británicos. El portavoz de palacio no quiso comentar el suceso y dijo que el asunto que está en manos de la policía.
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Scotland Yard quiere esclarecer si tiene relación con el paquete de las mismas características que recibió a comienzos de febrero la política conservadora Amber Rudd en su oficina del Palacio de Westminster. Además de estos dos incidentes, se han registrado otros parecidos en mezquitas y centros islámicos en las últimas semanas en el Reino Unido. El hijo menor de la recordada princesa Diana y su novia fueron informados de la carta, que llegó un día antes de que la pareja se trasladara de visita a Edimburgo (Escocia).
Otra carta portadora de un tremendo susto
Cruzando el océano llegaba la semana pasada al buzón de la familia Trump otro sobre sospechoso. El clan vivió un episodio de pánico que, afortunadamente, no tuvo consecuencias mayores: Vanessa Trump, la mujer de Donald Trump Jr y nuera del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tuvo que ser hospitalizada en Nueva York tras abrir una carta dirigida a su marido. Dentro, resultó haber también polvos blancos cuya composición al principio se desconocía y que le provocaron toses, malestar, incluso náuseas.
Tanto Vanessa Trump como su madre, que también manipuló la correspondencia, fueron trasladadas a un centro médico de la ciudad como medida de precaución. Afortunadamente, pronto se descartó que hubieran sufrido ningún daño y se comprobó que los polvos eran en realidad inocuos: se trataba de harina de maíz. Una sustancia inofensiva, pero un susto de muerte.