La Reina de Inglaterra explica con humor los peligros de llevar una corona
Isabel II ha participado en un documental de la BBC que repasa todos los detalles de su coronación -la primera ceremonia de este tipo televisada- el 2 de junio de 1953
Quienes la han conocido aseguran que tiene un inteligente sentido del humor –humor británico- y en este documental lo deja al descubierto. La Reina de Inglaterra es la protagonista de The Coronation, el documental que emitirá la BBC el próximo domingo con motivo del 65º aniversario de su llegada al trono y que se centra en repasar algunos detalles de la ceremonia de coronación que tuvo lugar el 2 de junio de 1953. La propia Isabel II comenta cómo vivió el gran día y advierte que llevar una corona de más de un kilo de peso no es tarea fácil.
“No se puede mirar hacia abajo para leer el discurso, tienes que pronunciar el discurso mirando al frente. Porque si lo hicieras, se te rompería el cuello y se caería (la corona)”, revela la Reina sonriendo al periodista Alastair Bruce y haciendo referencia a la soberbia corona Estado Imperial, la gran joya de la corona británica y la que está reservada para los grandes actos de Estado, como la solemne apertura del Parlamento.
“Así que hay algunas desventajas con las coronas, pero por lo demás son cosas bastante importantes”, añade la soberana sobre una pieza que fue realizada para la coronación de la reina Victoria (1838) y remodelada para la coronación de su padre, el rey Jorge VI, en 1937. "Afortunadamente, mi padre y yo tenemos la cabeza casi de la misma forma, pero una vez que te la pones, se queda (fija)", agregó Isabel II en los primeros extractos del documental que han visto la luz.
Esta corona, además de ser considerada una de las más especulares de las monarquías, tiene un valor incalculable en todos los sentidos, ya que recrea la fuerza histórica del imperio británico. Entre las piedras preciosas que contiene –la corona tiene 2.868 diamantes, incluidos 17 zafiros, 11 esmeraldas y cientos de perlas- se encuentra una piedra preciosa conocida como el rubí del Príncipe Negro, al que la leyenda le atribuye algún pasado español ya que hay historiadores que aseguran que fue robada en 1362 al rey Bermejo de Granada y entregada al Príncipe Negro de Inglaterra.
Este rubí, del que nunca se ha conocido su origen aunque algunos expertos apuntan a que podría haber salido de Myanmar o de Tailandia, no es el único tesoro que contiene. En el en el centro de la cruz de diamantes tiene incrustado el zafiro de San Eduardo, se dice que lo lució San Eduardo en un anillo y que luego fue quitado de su tumba, en la abadía de Westminster, en el siglo XII, y el suntuoso dimante conocido como la Segunda Estrella de África”, una piedra de de 317,40 quilates.
‘Supongo que es realmente el comienzo de la vida de uno como soberana’
No era fácil crear un vestido que estuviera a la altura de esa corona, así que la Casa Real se afanó en confeccionar uno con bordados de seda, perlas e hilos de oro y plata, el resultado fue espectacular pero, según reflexiona la Reina a día de hoy, poco cómodo. “Recuerdo un momento que iba caminando por la alfombra y no podía moverme en absoluto. Sí, ellos no pensaron en eso”, asegura. Hay que recordar que Isabel II avanzaba además con la corona Estado Imperial en la cabeza (1,28 kg), el manto real en su espalda, el cetro en la mano derecha y el orbe en la izquierda.
El relato de Isabel II, que el próximo 21 de abril los 92 años, también contiene otras declaraciones curiosas en las que habla con franqueza sobre ese día. “Horrible”, dijo sobre el viaje que realizó en el pesado carruaje desde el Palacio de Buckingham hasta la Abadía de Westminster. “No es para viajar en absoluto. Quiero decir, solo está hecho de cuero. No muy cómodo”, añadió la Reina que accedió al trono con 25 años y era proclamada Reina en la ceremonia de coronación con 26 años.
En el documental que se emitirá en el canal británico BBC One tampoco faltan momentos familiares e imágenes más informales tomadas detrás de las cámaras –su coronación fue la primera en ser televisada- en las que se ve a los pequeños príncipes Carlos y Ana jugueteando entre las faldas y el manto real de su madre. “No era lo que se suponía que debían hacer”, recuerda la Reina.En una frase que puede englobar cómo vivió ella el día de su coronación la Reina afirma: "Supongo que es realmente el comienzo de la vida de uno como soberana".