La Navidad de los Windsor a ha estado marcada por el desembarco de Meghan Markle y con la vista puesta en el nacimiento del tercer hijo de los Duques de Cambridge, previsto para abril, y la gran Boda Real programada para mayo. Las celebraciones propias de estas fechas han terminado con la tradicional Misa de la Epifanía, una cita en la que ha reaparecido junto a la Familia Real británica la que fuera la novia del 2017: Pippa Middleton.
Aunque la expectación no era tanta como la que se vivió el pasado 25 de diciembre, cuando la primera imagen de Meghan Markle con los Windsor dio la vuelta al mundo, muchos ciudadanos aprovecharon la misa que se celebró este domingo en Sandringham para felicitar el año a los miembros de la Familia Real. Los Duques de Cambridge llegaron a pie y acompañados por el Duque de Edimburgo -retirado pero activo a sus 96 años- mientras todas las miradas se dirigían a la barriguita de cinco meses Kate, muy marcada por el abrigo abotonado de la firma Moloh.
Otros que no se perdieron la cita en St Mary Magdalene fueron Pippa Middleton (ahora Pippa Matthews) y su marido, James Matthews, casados desde el pasado 20 de mayo, por lo que celebrararán su primer año de casados el mismo fin de semana en el que Harry y Meghan se den el “sí, quiero”, programado para el 19 de mayo en el Castillo Windsor. La hermana de la Duquesa vistió un elegante abrigo azul marino y puso el detalle con una estrella en su sombrero fedora. Algunos medios británicos apuntan a que el matrimonio podría estar pasando el fin de semana en Anmer Hall, la casa que los Duques de Cambridge tienen en Sandringham, después de haber celebrado el Año Nuevo todos juntos en Bucklebury con la familia Middleton al completo.
Con este acto –al que la Reina prefirió llegar en coche y no hacer la tradicional caminata por el sendero- se cierran las celebraciones navideñas de los Windsor para regresar a una rutina que esta semana tendrá como protagonista a la princesa Charlotte, a la que todos esperan ver cruzar la puerta de la escuela infantil de Willcocks, a solo 15 minutos a pie del Palacio de Kensington. Una nueva etapa para la Princesa que en abril dejará de ser la pequeña de la casa.